Han sido detenidas 21 personas, ocho de nacionalidad española, cinco marroquíes, cinco franceses, dos británicos y un chileno. Además han sido imputadas por los mismos hechos 13 personas de distintas nacionalidades. Las detenciones se practicaron en diciembre de 2008 y marzo y abril del presente año.
Fueron incautados 300 gramos de cocaína, más de 1.600 kilos de hachís, numerosos teléfonos móviles, ordenadores portátiles y otros efectos electrónicos, 11 vehículos y 56.500 euros en efectivo. Asimismo, fue recuperado un vehículo sustraído, antes de ser pasado por el puerto de Algeciras hacia Marruecos. Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2008 tras analizar la información obtenida en anteriores investigaciones, en las que se obtuvieron datos que apuntaban la existencia de un grupo organizado dedicado al tráfico de hachís.
La organización estaba compuesta por tres células perfectamente estructuradas y organizadas, que actuaban de forma independiente, con el fin de dificultar la labor de los investigadores. Cada una de estas células estaba compuesta por varias personas, que tenían funciones diferenciadas. Uno de estos grupos utilizaba bebés recién nacidos o de pocos meses y, para evitar ser detectados, escondían la droga bajo el colchón de los carritos de los niños, los cuales pasaban dormidos por la aduana.
Cocaína en chocolate
Tras introducir la droga en España, acondicionaban dobles fondos en vehículos sustraídos para trasladarla hasta Francia. Otra célula introducía cocaína oculta en tabletas de chocolate comestible, en envíos en paquetes postales desde Chile, usando a otros miembros de la red para que recogieran los paquetes en los domicilios establecidos, evitando el riesgo de ser sorprendidos con los paquetes de droga al intentar cruzar los controles de los aeropuertos.
Contaban con varios miembros que apoyaban al resto de la organización obteniendo los materiales requeridos y atendiendo a sus necesidades, tanto de medios materiales como humanos.
Otro de los grupos se dedicaba al robo de vehículos o la receptación de otros vehículos robados que, tras ser maquillados, eran trasladados a Ceuta y desde allí, intentaban introducirlos en Marruecos. En algunas ocasiones, desmontaban totalmente los vehículos para introducirlos como piezas de desguace o de segunda mano.