A lo largo de la historia son muchas las relaciones existentes entre el mundo cofrade y el taurino. Así, sabemos que hay muchas imágenes que lucen un vestuario realizado a partir de un traje de luces y, en nuestra ciudad, son varias las vírgenes que poseen sayas toreras como también hay ternos taurinos que tienen el color de determinadas imágenes. También ha habido y hay numerosos toreros vinculados a las cofradías, incluso llegando a ser hermanos mayores o protectores económicos, así como han sido muchos los espectáculos taurinos organizados a beneficio de alguna hermandad.
En nuestra ciudad, Miguel Báez Espuny ‘Litri’ fue hermano mayor de la Hermandad de la Borriquita en los albores de la misma. Y el torero quiso contribuir en sus primeros momentos, de tal manera que su primer festejo después de tomar la alternativa el 12 de octubre de 1950, en la plaza de Valencia, lo toreó en la añeja plaza onubense en la tarde del 15 de octubre de 1950. Aquella tarde, con reses de Flores Tassara, hicieron el paseíllo Joaquín Rodríguez ‘Cagancho’, Gitanillo de Triana, Manuel Álvarez ‘El Andaluz’, Chávez Flores y el propio Miguel Báez ‘Litri’ que toreó dos novillos, abriendo y cerrando plaza. El festejo tuvo, en la parte artística, un éxito considerable, pues los actuantes cortaron trofeo y, de manera especial, el organizador del mismo por cuanto Miguel logró los máximos trofeos, incluido una pata, en el que abrió plaza y las dos orejas y rabo en el que cerró el festejo. Pero el éxito económico fue aún mayor porque todos los tendidos de la plaza se cubrieron de espectadores y la Hermandad de la Borriquita obtuvo una importante recaudación, muy necesaria para los numerosos gastos que tenía que realizar en los comienzos de su aventura semanasantera.
Tuvieron que pasar muchos años para que las cofradías onubenses volvieran a ser protagonistas de un espectáculo taurino. En la extinta Plaza Monumental de Huelva, el 20 de enero de 1967 se celebró un festival en el que se lidiaron novillos de Clemente Tassara por parte del rejoneador Ángel Peralta y los matadores de toros Miguel Báez ‘Litri’, Manolo Vázquez, Jaime Ostos, Antonio Borrero ‘Chamaco’ y Miguel Mateos ‘Miguelín’ que ofrecieron un gran espectáculo, de tal manera que conquistaron diez orejas y cinco rabos. Pero lo más importante es que otra vez se puso el cartel de ‘No hay billetes’ por lo que la Unión de Cofradías de Semana Santa de Huelva, a la que estaban destinados los beneficios, recaudó una importante cantidad que, lógicamente, vino muy bien a las distintas hermandades existentes en la época.
Cierto es que, en otras ocasiones, se han celebrado festivales en beneficio de la Hermandad del Rocío de nuestra ciudad y que también han tenido una respuesta muy positiva por parte de los aficionados taurinos.
Bueno sería que aquellas añejas relaciones entre las cofradías y la Semana Santa onubenses tuvieran el mismo calor que entonces y que, en alguna que otra ocasión, pudiese organizarse un espectáculo taurino a beneficio de las hermandades que tan necesitadas están de estas ayudas para poder llevar cumplir sus objetivos, entre ellos, el principal, el de las obras sociales. Ahora contamos con un gran recinto y con una buena pléyade de toreros onubenses, sin olvidarnos de la gran afición y del elevado número de cofrades, lo que supondría un éxito económico en la organización de este festejo. Quizás lo que haga falta es que alguien, del mundo cofrade o del taurino, dé el paso al frente de la organización.