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Una estrella en el castillo

Enhorabuena a Montané y por partida doble. La primera por reconsiderar no volver a tintar esta Navidad el Castillo de multicolor adefesio y, la segunda, por habernos escuchado a tantos jienenses que desde hace años venimos reivindicando que el Castillo se adornase en estas fechas...

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Enhorabuena a Montané y por partida doble. La primera por reconsiderar  no volver a tintar esta Navidad el Castillo de multicolor adefesio y,  la segunda, por habernos escuchado a tantos jienenses que desde hace años venimos reivindicando que el Castillo se adornase en estas fechas  con la estrella de Oriente como se hacía hace más de una década. No  sabemos porqué motivo la anterior corporación era tan reacia a retomar una iniciativa así ni porqué Montané tampoco lo hizo el año pasado. Lo  cierto es que el experimento esperpento de colorines de la Navidad de  2007 tuvo como único punto positivo que se reabriera el debate de qué  hay que hacerle a la fortaleza de Santa Catalina en fechas tan  entrañables y tal vez ello ha propiciado lo que tenemos hoy. Desde  luego opiniones hay para todos los gustos pues también hay muchos que piensan que el Castillo está bien como está y le sobran añadidos. A mí  personalmente me gusta la estrella de Navidad junto a la Torre del Homenaje, pues creo que es discreta, no desdice en el entorno y, sobre  todo, aporta un puntito entrañable a la ciudad.

Con la estrella en el  Castillo recreamos un ambiente navideño que da la bienvenida al  viajero y abarca toda la ciudad pues son numerosas las viviendas de  Jaén desde las que se divisa nuestro emblemático monumento. Es una manera de vestir todos los barrios de la ciudad en un solo punto pero  que tiene de común para todos que es seña y referencia visible desde cada balcón.


Y es que son muchos años los que los jienenses estamos clamando porque  a Jaén se le vista guapa en fechas señaladas y en ello ha de seguir mejorando cada alcalde/alcaldesa que nos gobierne. Aún siguen siendo  puntos débiles las plazas emblemáticas -Constitución, Coca de la  Piñera, Batallas, Jaén por las Paz, etc.- y asignatura pendiente avenidas tan importantes como Ruiz Jiménez (calle ésta que tratan como  de tercera categoría, basta ver sus acerados que han provocado multitud de caídas), o Virgen de la Cabeza. Para todos estos  emplazamientos hay que pensar en algo diferente, salirse de lo normal y conseguir un resultado espectacular en años sucesivos. Los tiempos  están así y hay que competir hasta en la decoración de Navidad -carro  al que han de subirse los dirigentes de la Diputación para realzar el Palacio Provincial de la plaza de San Francisco- para hacernos competitivos en estética a otras ciudades. Otra cosa es considerar si es la mejor o peor época para estos fastos, por aquello de la crisis  económica que nos machaca e independientemente de que algunos pensamos que la Navidad, la auténtica Navidad, no comienza hasta las fechas  previas a la Nochebuena.

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