“Manolita Chen nunca se sintió hombre. Y no lo escondió. De hecho, no podía, no había armario donde ocultar su identidad y expresión femenina”. La vida de Manuela Saborido Muñoz, natural de Arcos de la Frontera, nunca fue fácil. Nacer mujer en el cuerpo de un hombre en los años 40, en plena dictadura franquista, no debió ser nada sencillo. Miles de personas homosexuales pasaron por las cárceles en España en aquella época de represión, incluso en los primeros años de la Transición, por su orientación sexual. Hubo al menos 5.000 represaliados por ser gays, lesbianas, transexuales o bisexuales. “Mi lucha no ha sido para mí misma, sino para los demás. Porque hay cosas que no se pueden ocultar. Es decir, que está patente lo que todo el mundo puede ver. Me han maltratado, me han despreciado, me han herido el alma, pero no me he rendido hasta conseguir y demostrar la verdad de mi ser como mujer. Decir la verdad con respeto y amor me ha hecho ser libre y reconocida como Manuela Saborido Muñoz, madre de tres hijos. El amor hacia los demás no se grita, se demuestra”.
Así se expresaba Manolita Chen este jueves, sobrecogida y emocionada tras recibir el reconocimiento por su trayectoria en el acto ‘Cádiz con orgullo: Historia, lucha y memoria’ del Ayuntamiento de Cádiz. Ella “pertenece a esa generación de mujeres trans a las que un régimen maltrató con todos los mecanismos al servicio del control, moral, normas y una legislación que penalizaba las disidencias sexuales y de género. Pero ella, al igual que otras muchas mujeres, se rieron del franquismo en su cara, lo hicieron con armas femeninas, tacones, plumas, lentejuelas y un carmín en los labios. Herramientas transgresoras. Manolita es el verbo que encarna la memoria, la resiliencia, disidencia y resistencia”, indicaba Joaquín Santander como conductor del acto.
También hubo reconocimientos para José García Fernández y Juan Bellido Ríos (in memoriam). El primero de ellos, periodista y crítico cultural desde hace treinta años, profesor de Lengua y Literatura en la actualidad. Ha sido cronista de la disidencia sexual durante todo este tiempo, publicando numerosos trabajos sobre la cuestión en medios y revistas. “Era importante que nos reapropiáramos del poder de nombrarnos. Creo que lo vamos consiguiendo y espero que nunca nadie desde las instituciones ni de ningún otro ámbito de la vida social se vea tentado de usurpar este poder al que me refiero. Mientras me quede tinta en la pluma seguiré siendo vuestra memoria intrahistórica”, exponía García Fernández ante los asistentes.
Finalmente, el viudo y la hermana del actor y activista Juan Bellido Ríos fueron los encargados de recoger su distinción. “Toda su vida se dedicó a lo que amaba, el arte de crear personajes, de crear almas. Desarrolló toda su vida laboral en el mundo interpretativo y en la dirección”, apuntaba Santander.
Ana Fernández, como teniente de alcalde, concluía reconociendo las tres trayectorias vitales y profesionales “que les hicieron ser punta de lanza en la lucha para la conquista de los derechos, cada uno desde sus campos. Si Cádiz puede presumir hoy de historia, lucha y memoria es gracias a personas como vosotros”. “Y gracias a personas como vosotros que han trabajado a favor de la visibilización del colectivo, Cádiz tiene hoy un plan contra la LTBIfobia y a favor de la diversidad afectivo sexual y de género en la ciudad”.