La sostenibilidad, esa palabra que tanto uso y manoseo tiene, pero que, en ocasiones, vemos como pasa de ser una consigna que se supone imprescindible para cualquier actividad productiva en la actualidad, a convertirse en un término huero, que no se respeta. WWF ha puesto en evidencia cómo ciertos usos en el subsuelo pueden contradecir la conservación de la rica provincia (en lo que al asunto natural se refiere) que es Huelva.
Así ocurre con el proyecto de almacenaje de gas y al estudio de posible almacenamiento de CO2, que tanta alerta han provocado, por afectar al espacio natural de Doñana. Ahora que tanto se lucha y se invierte en evitar la sobrexplotación de los acuíferos subterráneos, otros peligros acechan, sin embargo.
Parece que, gracias a ello, hemos tomado conciencia de que cuidar el medio ambiente es también cuidar el subsuelo y no se explica que, con la riqueza natural que tiene Huelva y las posibilidades económicas que ello comporta, se tenga que venir siempre a proponer iniciativas que pueden suponer algún tipo de riesgos y que pueden afectar al turismo y su industria, por lo que hay que volver a reiterar que los puestos de trabajo tienen que venir por la vía de la conservación, como ocurre, por ejemplo, con el etiquetado de las empresas de Doñana.
En cualquier caso, los proyectos citados, son proyectos donde la Administración debe estar vigilante, como la Junta de Andalucía ha dicho que hará para conservar la joya de la corona medioambiental europea y universal que es Doñana.