El equipo médico que se ha presentado voluntario para ayudar a morir a Eluana Englaro, de 38 años, como ha pedido su familia, decidió ayer suspender totalmente la alimentación e hidratación artificial que recibe la mujer a través de una sonda.
El protocolo médico consistirá ahora en administrar a la mujer sólo sedativos y antiepilépticos, mientras se espera su muerte por deshidratación que, según los expertos, puede llegar en unos quince días.
Ni la clínica Quiete de Udine (noreste), donde está ingresada Englaro, ni los abogados de la familia han querido desmentir o confirmar esta noticia y se han sumido en el silencio.
Con la suspensión total, los médicos habrían adelantado así los tiempos previstos en el protocolo, ya que en un primer momento se había anunciado una retirada progresiva de la alimentación.
Esto ocurre el día después de el Ejecutivo anunciase la presentación de un proyecto de ley para detener la muerte de Eluana, que se presentará hoy en el Parlamento y se intentará aprobar en el tiempo récord de dos o tres días.
La opción del proyecto de ley llegó después de que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, rechazase firmar un decreto urgente con el que el Gobierno de Silvio Berlusconi pretendía detener la muerte de la mujer. El caso Englaro ha creado así un neta contraposición entre las dos máximas instituciones del país, el Gobierno y el presidente de la República, pues el Ejecutivo de Berlusconi aprobó el decreto urgente a pesar de que Napolitano había advertido de que no lo firmaría por “inconstitucional”.
“Esperaba que la presidencia de la República superase los temas jurídicos (...) y considerase que el decreto había sido aprobado para salvar una vida humana”, afirmó ayer Berlusconi.
Y reiteró que se intentará aprobar lo antes posible la ley –que específicamente prohíbe la retirada de la alimentación e hidratación a cualquier paciente– para salvar la vida de Eluana.
El presidente del Senado, Renato Schifani, ha convocado para el lunes a las 18.00 GMT a los portavoces de los grupos políticos representados en la Cámara Alta para un primer examen de la ley.
Berlusconi aseguró que, según sus datos, el 50% de los casos de personas en estado vegetativo despierta del coma, y acusó de “crueldad” a los médicos de Eluana Englaro. “Francamente no entiendo como profesionales que están llamados a salvar vidas humanas puedan comprometerse a realizar una acción de este tipo, que lleva a la muerte con crueldad, al privar al organismo de comida y agua”, dijo.
El presidente del Gobierno, que hasta ayer no se había expresado sobre este tema, aseguró que si uno de sus hijos se encontrase en la misma situación de Englaro “no le desconectaría”. Por otra parte, a la clínica Quiete llegaron ayer los inspectores que el Ministerio de Sanidad anunció que enviaría para aclarar algunas informaciones sobre la “idoneidad” del centro para acoger a la paciente.