La Hermandad del Rocío de Chiclana puso este miércoles punto y final a un nuevo Rocío en la parroquia de San Telmo, templo en el que el Simpecado chiclanero encontró el cobijo de su camarín tras un duro camino de regreso.
El calor, los mosquitos, el estado de la arena del Coto de Doñana y el cansancio acumulado dificultaron en cierta medida el retorno a la localidad tras el anhelado, festejado e ilusionado encuentro de los rocieros chiclaneros con la Virgen del Rocío.
Atrás quedaron unas jornadas, que, como comentó su Hermano Mayor, Juan Manuel Escobar, estuvieron marcadas de momentos inolvidables; de “esos que se quedan para siempre en nuestros corazones”.
Momentos como el de la llegada a Sanlúcar y el paso del Guadalquivir; la presentación ante la hermandad matriz o, especialmente, los vividos el Lunes de Pentecostes, con el traslado del Simpecado para recibir a la Virgen del Rocío, marcado por lo rezos y cantos del padre Alberto, director espiritual de la hermandad.
Instantes que quisieron compartir junto a la Hermandad del Rocío de Chiclana algunos de los representantes del equipo de Gobierno de la ciudad.
Concretamente, el propio alcalde, José María Román, y, el lunes, los delegados municipales de Mujer y Fiestas, Mari Ángeles Martínez y Fede Díaz.
Enormente satisfechos por los momentos vividos a lo largo del camino (el regreso a Chiclana lo inició la hermandad el mismo lunes por la noche) y, sobre todo, por el encuentro con la Virgen del Rocío; ahora toca descansar y pensar en el regreso a la aldea el próximo año.
Cabe destacar que han sido en torno a 400 chiclaneros los que este año han tomado parte en el camino.