A principios de los años 90, Francisco Yuste Brioso se inició en el mundo del vino como almacenista. Un tema que empezó como un hobby y que en la actualidad concentra gran parte de su actividad empresarial. El azul ‘Pepsi’ - marca que distribuye a nivel provincial junto con Estrella Galicia- es el emblema de sus bodegas y el sello que está dejando en los cascos bodegueros que ha ido recuperando a lo largo de los años. La defensa de la Manzanilla, de la que hace gala como parte del patrimonio del pueblo que lo vio nacer, le ha llevado a hacer críticas muy duras contra los organismos que forman parte de una Denominación de Origen que, a su juicio, debería ser independiente de Jerez. En la actualidad posee unas 10.000 botas, la mayoría de ellas de Manzanilla que destina al canal hostelería mediante la venta a granel. Los perjuicios que la prohibición cautelar del Bag in Box -envase denunciado por Fedejerez- es uno de los asuntos que trata en esta entrevista en la que también adelanta en exclusiva la existencia de un inversor para desarrollar el proyecto urbanístico vinculado a Bodegas Argüeso en calle Mar.
Acaba de celebrarse la Feria de Abril, uno de los eventos donde más Manzanilla se vende. Usted decidió no entrar en estos eventos. ¿Por qué?
—Sí que participamos. De hecho, hay unas veintitantas casetas con San León. Lo que pasa es que nosotros no tiramos los precios como hacen otras bodegas y, entonces, al no tirar los precios, los caseteros van buscando precio y nosotros no tiramos precios ni tiramos el dinero. La última vez que Argüeso vendió en Sevilla perdió 18.000 euros y nosotros no estamos ahora mismo para perder dinero.
Esa batalla por los precios, ¿se libra en solitario?
—Hay varias bodegas que han tomado la misma decisión. El que quiera vino porque le guste San León, que se lo lleve pero al precio normal, al que se le vende al hostelero todo el año. Lo que no podemos hacer es regalar módulos, poner azafatas, tirar precios... que está saliendo a menos de 1,30 en la feria. Eso no puede ser.
A la espera de conocer la resolución de los tribunales sobre el Bag in Box (BIB). ¿Qué está suponiendo para sus bodegas no poder vender en este envase?
—Es un problema muy gordo el que se nos está causando con la no venta del BIB. Tenemos una gran venta a granel. Estamos vendiendo en garrafas, pero el barista no quiere la garrafa. No sabe bien el juez que dictó la medida cautelar lo que nos está causando a las bodegas pequeñas. Es una injusticia total porque el BIB es donde mejor se transporta, lo más higiénico que hay y donde mejor se conserva el vino. Y no estamos tirando los precios en el BIB.
Usted se ha erigido o lo han erigido como el defensor del BIB, pero sin embargo tambien defiende la botella y esa cuestión de calidad que es el argumento esgrimido desde Fedejerez...
—Nuestras bodegas están invirtiendo en el embotellado, en imagen de marca, estamos creando más marcas... pero consideramos que es un contra Dios oponerse al Bag in Box. Es como oponerse a los coches y las ruedas redondas. Dentro de unos años nos estaremos riendo de esta oposición al BIB. Lo que no entiendo es cómo se han tomado medidas cautelares contra un envase después de que el Pleno del Consejo Regulador decidiese no ir en contra de los informes de la Consejería de Agricultura y las grandes bodegas han ido a los tribunales sin ni siquiera sentarse a hablar con gran parte de las bodegas de Manzanilla. En otras partes del mundo el 50-60% de los vinos se está vendiendo en BIB sólo porque se conserva mucho mejor. En Francia que es un referente de calidad e imagen ya supone el 38%. La realidad es que sólo hay un señor empecinado contra el Bag in Box y el resto de bodegas grandes deberían ponerle pie en pared porque ellos están vendiendo en BIB.
Lo que esta caracterizando su trayectoria empresarial como bodeguero es la defensa de la Manzanilla de Sanlúcar. ¿Cree que no están bien representados los intereses de este vino único de Sanlúcar’
—La Manzanilla no está representada en el Consejo Regulador. De más de 20 miembros sólo hay uno que corresponde a la Manzanilla y está manipulado por el resto de grandes bodegas. Por eso nos está pasando lo que nos está pasando. Creo que la Junta de Andalucía, cuando elabore el nuevo reglamento, debe tener esto en cuenta. No es normal que nosotros vendamos ya más del 50% del vino y que estén las grandes bodegas tan representadas como están. Las pequeñas bodegas de Sanlúcar lo que tenemos, por suerte, es manzanilla. Es un vino único, genuino, que su problema es que no se conoce. Cuando lo conozcan, aquí en Sanlúcar no hay vino para abastecer al mercado. Y eso lo vamos a ver este año, porque algunas tendrán problemas con los mostos, porque estamos vendiendo cada vez más y este año habrá escasez de vino.
La Manzanilla lideró al año pasado las ventas a nivel nacional pero en el mercado internacional no ocurre lo miso. ¿Qué estrategia están llevando a cabo para conquistar ese mercado?
—El mercado extranjero lo que consume, el sherry, es un cream o medium, no es lo que bebemos nosotros aquí. Nosotros vendemos manzanilla y las grandes bodegas venden allí otros vinos. En España estamos ya en un 70-30% de Manzanilla - Fino, que ya es bastante. Teniendo el mercado nacional y no pudiendo promocionarnos en el extranjero como quisiéramos porque los fondos de publicidad los maneja el Consejo regulador, que es lo mismo que Fedejerez, no podemos hacer nada. Vendemos donde podemos vender. Mientras que el Gobierno no ponga pie en pared en el tema del Consejo, no hay nada que hacer aquí. Fuera de España lo que se promociona es Vinos de Jerez, no Manzanilla de Sanlúcar, por lo que en muchos mercados no conocen la manzanilla.
Hace poco visitaba Argüeso el periodista José Peñín, y nos decía en una entrevista que Sanlúcar necesitaba tener una DO propia y separarse de Jerez. ¿Comparte la opinión?
—Si las grandes bodegas siguen haciendo lo que están haciendo, a Sanlúcar no le queda más remedio que hacer su propio Consejo Regulador porque la Denominación de Origen ya la tenemos y es la D.O. Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, aunque haya bodegas que no la nombren y solo hablen en el Consejo de la D.O. Jerez.No podemos estar en manos de las grandes bodegas. Esto es ya una cuestión de competencia. Ellos imponen las leyes, controlan el órgano de control cuyo vicepresidente es a la vez el presidente de Fedejerez, es de locos como tienen todo atado.Finalmente y ojalá me equivoque llegará Competencia y habrá sanciones de nuevo, eso sí que sería mala imagen. El órgano de control tengo la impresión de que no es independiente, debería vigilar a algunas bodegasy decir qué es Manzanilla y qué no... Nos están haciendo mucho daño envasando en algunas botellas cosas que no parecen Manzanilla y creo que con un Consejo en Sanlúcar de Barrameda, seguro que esas manzanillas no saldrían al mercado.
¿A qué se refiere al decir que no es Manzanilla?
—Como tú sabes aquí hay dos cosas: hay Manzanilla o hay fino. Incluso en Sanlúcar hay algunas bodegas que hacen fino, porque la Manzanilla es un vino que está en permanente velo de flor. Hay algunas bodegas donde ese velo de flor se pierde y entra en crianza oxidativa. Esa es la diferencia.
¿Quiere decir que hay una dejación por parte de los órganos de control?
—Los órganos de control a mi parecer se emplean en demasiadas ocasiones contra nosotros, contra los pequeños bodegueros. Y en cuanto que se publique esto me van a mandar tres inspecciones. Y con esto del Bag in Box es una injusticia total. A ver quién paga esto porque tendrá daños y perjuicios. Yo considero que esto se ganará tarde o temprano, pero a ver quién paga el roto que nos están haciendo a las pequeñas bodegas, que estamos dejando de vender mucho.
Va a hacer un año desde que adquirió Bodegas Argüeso. ¿Qué balance hace de esa adquisición y de las líneas de negocio que ha emprendido?
—Ahora que estoy dentro te diría que Argüeso es la mejor bodega del Marco, la que menos dinero tiene, la que menos dinero debe y cada vez vendiéndose más. Me están sorprendiendo las ventas sobre la expectativa que yo tenía, por la demanda que hay de Argüeso en la calle. Al estar dándole a la bodega lo que necesita, mucho cuidado y mucho vino, San León está que se sale, La E también... estamos vendiendo cada vez más sin tirar los precios. Hemos arreglado muchos problemas que tenía Argüeso porque llevaba más de 10 años sin nadie que mandara. El personal está ayudando bastante, ya que hemos firmado ahora un acuerdo para una rebaja sustanciosa de los sueldos de la plantilla porque ellos son conscientes de que los sueldos no se sostenían. Todo el mundo está ayudando a que vaya para arriba.
También ha recuperado algunas marcas que estaban abocadas a su desaparición, como Punto Azul, de Pedro Romero. ¿Le puede más recuperar la esencia de estas bodegas que la transacción empresarial?
—El vino para mi empezó como un hobby, porque me daba lástima las bodegas que se estaban cerrando. Yo lo que he hecho ha sido comprar y almacenar. Soy un gran coleccionista de vinos. Los grandes vinos que había en esas bodegas que se han ido cerrando, por suerte, los he ido recuperando. Hoy tenemos el amontillado Conde de Aldama, o los brandies de Pedro Romero, con Punto Azul a la cabeza... y muchas marcas que hemos ido recuperando. Carbajo, Los 48, Pedro Romero, Sainz de Baranda.... Hoy en día el hobby no puede ser porque tenemos ya cerca de 10.000 botas y tenemos que empezar a pensar como empresario vinatero. De ahí todos los pasos que estamos dando.
La casa donde vive, una antigua bodega, ha sido premiada ahora como mejor patio señorial de la ciudad...
—(Risas) Si, si... Desde el 89 que comprara Santa Ana he venido recuperando buena parte del patrimonio de Sanlúcar pero mi mayor valor es la recuperación de puestos de trabajo. Gracias a las empresas Yuste hay más de 250 personas trabajando ahora mismo.
También habló de comprar alguna bodega en Jerez ¿Hay algo de eso?
—Estamos viendo cosas en Jerez porque también hay que vender fino y estamos buscando algo allí. Aquí estamos centrados en sacar nuevos productos, metiéndonos en el mundo del licor, con Limoncello, ponche, productos que estaban en las bodegas y que estaban olvidados.
¿Algún proyecto vinculado al enoturismo?
—El proyecto de enoturismo más importante que hay ahora mismo en Sanlúcar pasa por la calle Mar. Queremos poner en valor ese convento del S. XVI que hay allí, haciendo un museo, del mar o la manzanilla, ya veremos. Pero sobre todo recuperar los artesonados de 1540 y la zona catalogada como Bien de Interés Cultural. Estamos viéndolo con el Ayuntamiento, con Diputación, para ver como podemos recuperar los claustros del convento, un verdadero tesoro. Cada viga de las que hay aquí se podría vender en Sotheby’s por un millón de euros tranquilamente. Eso es lo que hay que poner en valor y lo que yo estoy haciendo con el patrimonio bodeguero de Sanlúcar. El que vende vino vende historia y, para venderla, hay que conservarla. Eso vale mucho dinero.
¿Están en conversaciones para obtener financiación pública?
—Estamos intentando que nos ayuden pero no sé de qué manera. De hecho, en calle Mar hay un proyecto ya antiguo, aprobado por el Ayuntamiento y Cultura, que era el que defendían los antiguos dueños y que ahora parece ser que lo quieren recuperar ya que el ladrillo va para arriba. Allí hay un proyecto muy bonito de un hotel, un proyecto precioso que respeta todos los cascos bodegueros. Hay varias empresas, pero una sobre todo, que está intentando hacer el proyecto y están las cosas muy avanzadas para que salga adelante con capital privado. Argüeso, como dueño de aquello, llevará su parte, pero empresas de fuera van a venir a hacer el proyecto.
¿Cómo valora los últimos premios obtenidos por sus vinos en CINVE?
—Los premios y reconocimientos que estamos recibiendo es un motivo de orgullo que me anima a seguir creciendo. San León en Argüeso, Aurora y La Kika en Yuste y por supuesto los vinos viejísimos del Conde De Aldama y el Brandy Punto Azul de Pedro Romero son referentes de la más alta calidad en las denominaciones de origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, Jerez-Xérès-Sherry y Brandy de Jerez. El mayor premio en cualquier caso es ver como cada día aumentan nuestros clientes en España y por supuesto alrededor del mundo, en países como Australia, México, Japón o Estados Unidos y en mercados más tradicionales para nuestros vinos como Reino Unido.