Salen a la luz las nueve prendas de Jazz más delicadas del gran guitarrista Tito Alcedo

Publicado: 23/06/2023
Tres temas propios y seis maravillosas versiones de grandes canciones conforman la última gran joya creada por el genio y la "cabezonería" de Tito Alcedo
Inserto el CD… Suena ‘Luny’. Entra la guitarra, luego la batería, luego el contrabajo… y escucho su voz que de forma delicada acompaña la melodía. Y con el disco de fondo, justo cuando entra Jesús Lavilla al piano, me pongo a escribir… a transcribir nuestro encuentro en la Peña Flamenca de Barbate… porque Tito Alcedo tiene su ‘toque’ flamenco’ por más que sea uno de los mejores guitarristas de Jazz del panorama musical nacional.

Hemos quedado para hablar de su último trabajo discográfico, ‘Prendas Delicadas’, el cual salió a la luz el pasado 2 de junio. Y sí, hemos pospuesto la entrevista porque no quería que la misma se me perdiese entre la marabunta política de las últimas semanas. Su versión de  ‘And I Lover Her’ retumba en la oficina… ¡Qué maravilla, por dios! Son increíbles las sensaciones que se pueden transmitir con solo tres instrumentos… su guitarra, la maestría recién adquirida con el contrabajo de Joan Masana y el virtuosismo canalla y caballa de David León a la batería.

Le pregunto por el disco… “Vale, te voy a ser muy sincero”… ole, le corto… eso espero porque llevo mes y medio entrevistando a políticos que en algunos casos no me lo parecían… ¿me vas a prometer un hotel?... “Mejor una fonda”… y nos partimos la caja.

Dejo de nuevo el teclado y mis oídos se ponen en alerta… ‘Ana Maria’ del gran Wayne Shorter… y leñes, al trío se une la trompeta del barbateño Pablo Castillo… Madre mía… lo joven que es y pedazo solo que nos regala… ocupa el frente de toda la canción hasta que aparece la guitarra con cuerdas de nylon de Tito para marcarse un punteo de época y solo al alcance de los más grandes.

Una idea que ya estaba en su mente

‘Prendas Delicadas’ “es un nombre que tenía en mente desde hacía tiempo, incluso cuando trabajaba en otros discos… estaba ahí hasta que el pasado verano llegó a mis manos un arreglo de la mítica ‘Ay Pena, Penita, Pena’ a manos de mi amigo Jesús Lavilla, pianista de La Isla con el que he trabajo en varias ocasiones” y como “tenía la idea de hacer un tema de los Bee Gees, ‘How Deep Is Your Love’ por bulerías, cambiando el ritmo, como una Bossa, un ritmo de cuatro. También estaba versionando ‘And I Love Her’ de The Beatles, rearmonizándolo, cambiando un poco los acordes pero sin perder la melodía, su estructura, manteniendo su esencia que ya era como un bolero… pues con esos tres temas comenzó a tomar forma ‘Prendas Delicadas’… comencé a encauzar la idea que ya estaba presente”.



“Eso es cojonudo, hay que grabarlo”

El empujón definitivo ocurrió en la casa de su amigo José Miguel Monzón ( el Gran Wyoming). “Ese día había allí varios músicos y toqué, para tantear, ‘Pena, penita’ y ‘How Deep...’ por bulerías… Y me soltó que era cojonudo, que había que grabarlo. Fue entonces cuando aposté fuerte por ‘Prendas Delicadas’ y quedó claro que sería un disco de versiones de grandes canciones a las que aportaría un cambio que fuese natural, sin forzar… como con ‘And I Love Her’ que ya era casi un bolero y a la que hemos dado un toque más latino”.

En definitiva, “la idea era versionar grandes canciones para que adquirieran la categoría de ‘Prendas Delicadas’, así que con esas tres ya listas, comencé a buscar más material”.

Ahora suena ‘How Deep is your love’ y me es imposible no dejarme llevar por la memoria mientras trato de imitar la suavidad con la que roza la batería David León y marcar su ritmo con mi pie derecho. Antes de seguir escribiendo cierro los ojos con ese punteo de guitarra que se deja paso al contrabajo.

En esa búsqueda de material se encuentra con la citada Ana María en la que participa Pablo Castillo. “Poco después de grabarla fallecía Shorter, uno de los saxofonistas de jazz más activos e influyentes”, señala Tito a modo de anécdota.

El caso es que “tenía también varios temas propios en los que estaba trabajando y pensé que quizás estuviera bien incluirlos en el disco. Hablo de Luny, que es el nombre de mi perro y que lo compuse cuando falleció. Es una soleá por bulería o una alegría lenta. Es un tema con una armonía de jazz pero con un marcado ritmo flamenco… por lo que encajaba perfectamente en este proyecto”.

Proyecto en el que también tenía su encaje Georgia (que suena ahora) y que compuso Chano Domínguez “con alguna que otra aportación mía”. Es un tema que se remonta a “cuando viajábamos a Almería y se tardaba nueve horas en llegar. Allí había un pub regentado por Serafín que se llamaba Georgia. Chano tenía compuesta la mayor parte del tema y trabajamos juntos en el puente, la parte B, que es la melodía que sirve de contraste y de vínculo con la principal. En fin, que encajaba con las ‘Prendas Delicadas’ y decidí que tenía que estar”.

Otro inciso. No soy muy de Quintero, León y Quiroga, porque aunque valoro la prolífica obra del trío de compositores, la misma me retrotrae a una época gris donde mujeres de ojos verdes que lloran por los rincones como la zarzamora… Pero estoy escuchando la versión de Tito Alcedo y no me queda otra que quitarme el sombrero y dejar a un lado mis prejuicios del blanco y negro para ensimismarme en una colorida melodía.

De nuevo el trío, Tito, Masana y León… “sí, pensé en un trío porque no quería sacar un disco con tanta instrumentación, quería que se pareciese a un directo y así lo hemos grabado. No quería buscar la perfección del estudio de grabación, quería las imperfecciones del directo y esas están presentes. No son imperfecciones graves, claro, pero he apostado por la frescura. Por un contrabajo, una batería y una guitarra de nylon… con algún invitado como Pablo Castillo y Jesús Lavilla”.

Un tema ex professo

Volviendo a la idea original de versiones, tras introducir dos temas propios “me parecía pretencioso por mi parte meter esas canciones, así que decidí componer un tema ex professo para el disco… Y ese es ‘Prendas Delicadas’, una balada de guitarra en la que sí la doblo y en la que también canto (risas). Es un tema muy de la Breña”.

Luego aparece Manoir De Mes Rêves (Django Reinhardt), una balada a la que añade el compás alegre y festivo de un tanguillo; y también Bistro Fada (Stephane Wrembel) “tocada en trío, sin acordeón y donde a pesar de que no es habitual en un vals, hago un pequeño solo”.

Y así ‘Prendas Delicadas’ arropó bajo su manto a estos nueve temas cuyo nexo común es “tocarlos todos en un formato de trío como si fuese en un directo, con unos maravillosos músicos que han hecho un trabajo enorme”. Un disco “tan personal como que hasta los gráficos los hemos hecho nosotros aportando las fotos”… a todo esto, una portada preciosa donde sobre un cordel aparecen cuatro partituras de música tendidas y sujetas por pinzas de madera que contó con el diseño de Miguel Monzón.

El disco lo distribuye la discográfica Youkali Music, “que trabaja con grandes artistas y que tiene una onda que apuesta por la creatividad”… aunque, “seamos sinceros, los discos están muriendo, pero es un aporte. Y es que quería tener el disco físicamente porque me parece una putada grabar y no poder tenerlo en las manos aunque nos cueste dinero”.

La acogida está siendo buena, a pesar de todo… “estoy tratando de hacerle promoción yo solo, pero he de reconocer que el disco sale en un momento complicado porque las programaciones musicales están cerradas y me ha cogido un poco el toro”.

Tito Alcedo insiste en que “la idea de grabar con un trío era porque no quería un formato que luego fuese complicado trasladarlo a los escenarios. En la grabación no he metido mucho recording como en anteriores discos. Quería un formato asequible para poder tocarlo en directo”.

El Jazz y los festivales

Hablamos de “un disco de jazz, pero no soy un músico de jazz al uso. Es de jazz porque está tocado con tres tíos en un estudio” y es que “era algo que se me apetecía porque nunca antes lo había hecho excepto en algún tema en Memorias (junto a Chano Domínguez) y en Contrabando con Javier Ruibal donde se grabaron algunas bases juntos”.

En esta ocasión se grabó en Trafalgar Estudios en El Palmar (Vejer) de la mano de Curro Ureba. Y es en Vejer, en el Festival de Jazz que se celebra desde este fin de semana, donde podremos escuchar un adelanto de algunas de sus canciones. Concretamente el sábado, 24 de junio, a las 13.30 horas.

“Me encanta Vejer. Mis padres y mis hermanas mayores son de Vejer, aunque yo nací en Barbate porque mi padre comenzó a trabajar en el Ayuntamiento de esta localidad y la familia se trasladó”, señala Tito Alcedo. Lo escribo mientras escucho la batería en el inicio de Manoir de Mes Rêves… otra joya que se esconde en este disco.

Es la tercera o cuarta vez que actúa en el Festival de Jazz de Vejer. También ha estado actuando en ediciones pasadas del festival de Benalup… y en el de Zahara de los Atunes… Echa la vista atrás y recuerda “que hubo un tiempo en que hubo un auge desmesurado de festivales de jazz. Todas las ciudades querían organizar uno. Luego vino un bajón y ahora, en esta zona y en Málaga, han vuelto… quizás sea por una cuestión ligada al turismo”, porque como señalaba a un servidor Agustín Conejo, alcalde de Zahara, “la cultura, apostar por la cultura, es la mejor forma de  luchar contra la estacionalidad del turismo de sol y playas”.

Y a tenor por el éxito de los citados festivales, es verdad. Y son un éxito porque “las cosas caen por su propio peso. Al final hay mucha gente que quiere escuchar buena música, que valora el talento. Es como el atún de almadraba… es más caro, sí, pero sin duda alguna es mucho mejor que el resto”, reflexiona Tito Alcedo al tiempo que le digo que es una pena que su pueblo, Barbate, que cuenta también con Nono García, no organice un evento de jazz… “lo hemos pedido pero bueno… ya sabes… no sé si es por miedo, por política o por cualquier otro motivo pero lo cierto es que no nos han escuchado”.

Muchos cambios en el mercado musical

Nos pedimos una caña y encaramos el final de la entrevista… le pregunto si pensó, cuando comenzaba a rasgar las cuerdas de una guitarra, que viviría del jazz, que editaría varios discos, que sería reclamado en festivales… “no, no… siempre supe que me dedicaría a esto, pero cuando tenía catorce años pensé, porque sabía que tenía cualidades para la guitarra, que me dedicaría a acompañar a grandes músicos como Cecilia, Nino Bravo… a los que veía en el Parque Infanta Elena. Ahí sí veía una profesión pero la vida da muchas vueltas y se suceden las cosas, pero nunca pensé que iba a grabar un disco… un disco propio”.

Y ‘Prendas Delicadas’ es “un disco propio”, muy propio, “porque soy muy cabezón”. De hecho, “no sé si lo luego lo escribirás, pero las compañías ya no ponen dinero para los discos. Este disco está pagado por mí. Las compañías ya no abonan ni el arte gráfico”.

Los tiempos han cambiado y el mercado discográfico también… “sobre todo desde el momento en el que puedes escuchar el disco gratis en plataformas digitales. Grabar un disco ya no da dinero, lo hacemos por pasión, por cariño… y porque si tenemos suerte nos genera trabajo con los bolos y los conciertos en directo”.

Aún así, “es mi obra por más que sepamos lo que hay a nivel comercial”… son sus prendas delicadas… un trabajo redondo que suena a verdad, a frescor, a trabajada improvisación… Ahora sí nos despedimos no sin antes repasar la actualidad política nacional… coincidimos en que falta cordura y hay que gente que no es muy cabal…

Pero antes de poner fin a este texto, inserto de nuevo el CD. Me voy a la séptima canción… Bistro Fada… es verdad, es un vals en el que Tito Alcedo nos deja un solo de guitarra…   Pienso en lo que es capaz de hacer con una caja de resonancia, un mástil, un puñado de trastes incrustados en un diapasón para dividir “el continuo de sonidos en las 12 notas del sistema tonal”… Hay que ser muy grande y Tito lo es. Qué maravilla de profesión la mía que me permite hablar con gente con semejante talento.

Un músico frustrado pero genio de la literatura como Julio Cortázar, en su obra maestra Rayuela, señalaba que en su opinión el Jazz “es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica...”. Y para un servidor, que soy un músico frustrado y un escritor también frustrado, Tito Alcedo es jazz de la Breña, de la sal… de la arena blanca, de una adolescencia ochentera… jazz aflamencado y gaditano… jazz de guitarra libre, de eco jandeño… Tito Alcedo es todo lo que de libre y de transcendente tiene el jazz. Dicho esto, me pongo de nuevo el disco… ¡qué grande Luny! Así da gusto transcribir una entrevista.



 

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