A medida que se van acercando los
meses de frío, miles de
familias empiezan a plantearse los
métodos con los que
calentarán sus casas durante el invierno. Una de las opciones más valoradas a la hora de mantener una
temperatura agradable dentro del hogar son las
estufas de gas que, además de ofrecer muy buenos resultados, a menudo son
una opción bastante más barata que otras formas de calefacción como los radiadores eléctricos o la calefacción central.
En este sentido, también es cierto que
muchas personas pueden tener
una idea equivocada acerca de este tipo de estufas, pensando que
no son seguras y que pueden causar consecuencias negativas en las casas y las personas. Sin embargo,
nada más lejos de la realidad. Hoy en día,
las estufas de gas son una opción perfectamente segura, que
llevan incorporadas las últimas
innovaciones en seguridad para garantizar su buen uso y funcionamiento sin que este derive en un problema mayor.
A la hora de
elegir estufas de gas butano, además de fijarnos en su potencia y en los sistemas de seguridad que incorpora, tenemos que
cerciorarnos de que sean estufas de gas que no huelan y que calienten bien. Una buena opción es
echar un vistazo a esta comparativa de las mejores estufas de gas en la que han analizado y probado todos los modelos antes de ofrecer un veredicto a los lectores.
Como decíamos, los
modelos modernos de estufas de gas que podemos comprar hoy en día son
perfectamente seguros, por eso, en el día de hoy, hemos querido resumir en este artículo los
aspectos esenciales por los que las
estufas de llama azul pueden ser una opción
sencilla, barata y confiable para tener en cualquier casa durante el invierno.
Estufas de llama azul: una opción increíble para todo tipo de casas
Las estufas de llama azul son
un tipo de calefacción de gas que ofrecen unos
resultados estupendos en todo tipo de hogares. A pesar de esto, es cierto que
no están recomendadas para ser utilizadas en estudios o departamentos de
menos de 20 metros cuadrados. Por el resto, para
estancias, pisos y casas de más de 40 metros cuadrados, este tipo de estufas
son perfectas y tremendamente seguras.
Entre otras ventajas, entre estas estufas también podemos encontrar las
nuevas estufas de gas que no huelen, todo un avance que permite una
mayor seguridad y comodidad para la casa, ya que se reduce al mínimo la posibilidad de fuga.
Nuevos protocolos con la máxima seguridad en estufas de gas
En este sentido, podemos afirmar que
los nuevos modelos de estufas de gas son perfectamente
seguros y que, por si mismas,
no representan ningún peligro importante para los usuarios que las tengan instaladas en sus casas. Hasta hace algunos años, debido en parte a la
poca incorporación de la tecnología a los aparatos domésticos, las estufas de gas eran una
solución barata pero que, normalmente,
generaba preocupación en los usuarios que las tenían en sus casas.
A día de hoy, podemos afirmar que
esta preocupación con los nuevos aparatos de calefacción de gas
está totalmente
infundada. Ahora mismo, las estufas de gas de nueva fabricación incorporan
todo tipo de tecnología de última generación que minimiza el riesgo de fuga y que, en definitiva, contribuye a
aumentar la seguridad de estos aparatos.
Además, se han incorporado también
nuevas formas de combustión, como los quemadores de
llama azul, que requieren de muchísimo menos mantenimiento, son modernos y ofrecen un
equilibrio perfecto entre
seguridad y funcionalidad.
Medidas concretas que aumentan la seguridad
Además de esta preocupación general que venimos comentando por parte de los fabricantes de dotar al mercado cada vez con
modelos de estufas de gas más seguros y eficientes, como compradores debemos saber que las
medidas de seguridad en estos aparatos están
garantizadas por la Unión Europea.
En Europa, actualmente, no está permitida la fabricación y comercialización de estufas de gas que no cumplan con las siguientes medidas de seguridad. Sea como sea, todos los
modelos nuevos incorporan un detector de seguridad que hará que la
estufa deje de funcionar inmediatamente, en cuanto se detecte un mínimo fallo.
Por una parte, las estufas deberán ir
equipadas con un detector que se encarga
de cortar el gas en caso de que no se origine o se apague la llama. Así, se
evita que el gas de la estufa siga
saliendo hacia afuera, a pesar de que no cumple su función debido a que no se produce llama.
Por otra parte, estos modelos de nueva fabricación también deben llevar incorporado un
sistema de detección que evitará en todos los casos
que los usuarios de la estufa
se intoxiquen con el gas. Esta es una de las mayores preocupaciones de los compradores de estufas de gas, ya que hace muchos años era
relativamente normal intoxicarse con estas estufas, sobre todo durante las
horas de sueño.
Actualmente, esto ha dejado de ser una opción, ya que todas las estufas de gas incorporan un
sistema que corta el gas cuando detecta
contaminación en la atmósfera, ya sea por una
reducción drástica del oxígeno disponible en la estancia o porque el q
uemador de la estufa está sucio y produce monóxido de carbono.