Rodeada de olivos y sin ningún vecino en las inmediaciones, a las 9.24 de la mañana, doce agentes de la Guardia Civil entran en una finca del término de Almensilla donde tienen sospechas más que infundadas de que se cultiva marihuana de manera ilegal.
La operación se salda con la localización de 2.600 plantas de marihuana y tres personas detenidas.
Los 70 guardias civiles adscritos a Mairena del Aljarafe, Palomares y Almensilla están ya familiarizados con este tipo de operaciones, en las que tienen que trabajar durante meses. Reconocen que, como mínimo, realizan una al mes.
Rosa Reina, portavoz de la Guardia Civil en la Comandancia de Sevilla, explica que "desde hace varios años se viene observando un aumento, tanto del tamaño como de las aprehensiones".
etrás de estas plantaciones hay organizaciones criminales que pactan con los propietarios de las fincas o de las viviendas un precio por cederles esos espacios para la producción de la droga. El perfil de esos propietarios ha cambiado en los últimos años."Las personas que se encargan de mantener las plantaciones no tienen antecedentes policiales. Les prometen ingresos fáciles y no tienen en cuenta las consecuencias penales", sentencia Reina.
A 500 metros de la finca, dos agentes echan a volar un dron con el que dan información precisa a los compañeros del resto del operativo sobre lo hay dentro de la propiedad. Al otro lado del móvil, se escucha el alto de un agente a uno de los tres detenidos. Estos se muestran en todo momento tranquilos y piden que se llame a su gestor. Los agentes están ya acostumbrados a todo tipo de reacciones. Siguen con su trabajo y se despiden emplazándose para la próxima operación.
