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Sevilla

Sevilla le da la mano al Martes Santo

Jornada de largas colas y de altares para la historia, como los que montaron en Los Javieres, el Dulce Nombre o San Esteban

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Un Martes Santo diferente.

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  • La imagen de San Juan Evangelista tomando la mano de la dolorosa de Los Javieres deja una de las estampas imborrables de este Martes Santo.
  • Los vecinos del popular barrio del Cerro del Águila volvieron a protagonizar un Martes Santo repleto de amor y fe hacia su Virgen de los Dolores

Un Martes Santo sin ver al palio de la Virgen de los Dolores del Cerro con los sones del Himno de Andalucía no es un Martes Santo más. Así transcurre una Semana Santa absolutamente anormal, ilógica por momentos, y con el agridulce sabor de ver como la climatología acompañaría para darle la mano a las cofradías de Sevilla por las calles de la ciudad.

Aún así, los sevillanos respondieron a la llamada de las ocho cofradías de este atípico martes sin procesiones, pero con excelsos altares montados para esta ocasión tan singular. La mañana comenzaba con los primeros rayos del alba en el Cerro del Águila.

Los vecinos de este popular barrio madrugaron como cada año para vibrar con una jornada tan remarcada en los calendarios de cada una de estas casas. Pocos eran los balcones sin colgaduras o palmas. O los descansillos de las entradas sin olor a incienso y un cartel de la Virgen de los Dolores coronada. Y es que pocos son los barrios que tengan tanto sabor a cofradía como el Cerro.

En la parroquia, las puertas se abrían de par en par para que los pocos rayos del sol que nos dejaron entrever las nubes copiosas que cubrieron el cielo durante todo el día iluminases a una Virgen de los Dolores que presidía, como no podía ser de otra manera, el altar que la hermandad montó en el presbiterio. Elegante y esplendorosa para recibir miles de visitas de los hermanos y vecinos que viven todo un año en el amor más fervoroso hacia su Virgen.

Y de barrio a barrio, pasando por otro con solera como es ‘La Calzá’. San Benito en flor con su Virgen de la Encarnación, su Cristo de la Sangre -que presidió el altar principal- y, por supuesto, con el Señor de la Presentación al Pueblo que a tantos fieles acoge. Tal es así, que ayer la cola de feligreses llegó a darle la vuelta a la residencia de ancianos por la avenida de la Buhaira. Pero, sin duda, la espera de aquellos valientes mereció la pena.

Estas dos hermandades fueron las únicas que mantuvieron abiertos sus templos hasta bien entrada la tarde. Las seis restantes cerrarían a mediodía para dedicarles las horas vespertinas al rezo y a los cultos que se desarrollaron exclusivamente para sus respectivos hermanos.

Pero hasta la hora de almorzar, el casco histórico de la ciudad tomó el testigo de ese raudal de sevillanos que recorrieron el corazón de Sevilla desde el Rectorado hasta la calle Feria, pasando por la Alfalfa o San Lorenzo, en busca de las grandes devociones del Martes Santo. En los Estudiantes, el Cristo de la Buena Muerte esbozaba esa “Y” perfecta que florecía de la corona de la Virgen de la Angustia. En Santa Cruz, el crucificado de las Misericordias lucía una significativa aureola que recorría el travesaño de la cruz. La Candelaria, por su parte, alzó la Salud de Cristo en un altar extraordinario que discutía de belleza con el preparado precisamente para la Virgen de la Candelaria en su propia capilla. A pocos metros, en el vulgo de San Esteban el ambiente era de Martes Santo a las tres de la tarde, pero en esta ocasión el Señor de la Salud y Buen Viaje nos mostró la penitencia desde el altar mayor de la iglesia.

Y para ponerle el broche de oro a esta diferente pero histórica jornada, el renacer de dos hermandades que dejaron, dos de las estampas del día. Por un lado, en San Lorenzo la Hermandad del Dulce Nombre supo conjugar la idiosincrasia de Nuestro Padre Jesús ante Anás y la belleza de la Virgen del Dulce Nombre en un altar que idealizaba un Monte Calvario con el Santo Cristo del Mayor Dolor.

Por su parte, en la calle Feria, el Cristo de las Almas de Los Javieres se alzaba en la nave central de Omnium Sanctorum, invitando a la oración y, sobre todo, a contemplar la conjunción ganada con la recuperación de San Juan Evangelista junto a la Virgen de Gracia Amparo, quién además le tendió la mano durante este, ojalá, irrepetible Martes Santo. Los sevillanos se echaron a las calles este Martes Santo, formando largas colas en templos como San Benito o San Esteban.

Las hermandades hicieron por velar por la seguridad, pero como en días anteriores las aglomeraciones se pudieron ver en las calles, terrazas de bares e incluso dentro de algunas iglesias. 

 

Ofrendas florales de Martes Santo

Templos rebosantes de flores, por lo dispuesto por las hermandades pero también por las incontables ofrendas florales que se vienen desarrollando por parte de las instituciones y las administraciones públicas. Este Martes Santo, por ejemplo, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, acudió al barrio del Cerro del Águila para realizar la tradicional ofrenda floral que la institución provincial realiza cada año a la Hermandad de los Dolores del Cerro. Una ofrenda motivada por la estrecha vinculación que mantienen ambas corporaciones, ya que la imagen del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono fue cedida por la institución provincial a la Hermandad tras celebrar ésta el 25 aniversario de la bendición de su titular en 1980.

También el Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Sevilla, dependiente de la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, realizó por mediación de su presidenta y consejera, Marifrán Carazo, una ofrenda floral a los titulares de la Hermandad de San Esteban, con motivo de su singular vinculación con la movilidad en el área metropolitana.

Por último, destacar la ofrenda floral que el Comité Ejecutivo de FEDEME realizó este Martes Santo a la Hermandad de San Benito de Sevilla, ante cuyas imágenes Titulares se rezó en memoria de todas las víctimas del Covid-19 tras este año de pandemia.

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