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Sevilla

De las urnas al Villamarín

El derbi sevillano se renueva desde hace un siglo entre los 'eternos rivales' y es una rutina que se repite, salvo variaciones, como la cita de las Generales

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  • Un bético acude a votar con su bufanda. -

El derbi sevillano se renueva desde hace un siglo entre los 'eternos rivales' y es una rutina que se repite, salvo variaciones por el torneo que les una, hora o día de la cita y que en esta ocasión tendrá la connotación de que el que se disputará en el Villamarín coincide con las Elecciones Generales.

El pasado 25 de octubre, la Subdelegación del Gobierno en Sevilla y el Ayuntamiento de la ciudad hispalense solicitaron a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) que el derbi se disputara al día siguiente por motivos de seguridad al coincidir con estas elecciones.

Ambas instituciones, en un escrito conjunto, mostraron su "máxima preocupación" por la coincidencia del partido con la jornada electoral y consideraron que ello hacía "prácticamente imposible garantizar la seguridad" de ambos acontecimientos.

Pese a esa solicitud, el partido siguió fijado para este domingo y, según trasladaron las autoridades, con el previsto dispositivo de seguridad para un encuentro de estas características, siempre declarado como de 'alto riesgo'.

El comienzo del choque en el estadio verdiblanco se fijó para una hora después (21.00) del cierre de los colegios electorales tras una jornada en la que los aficionados de ambos equipos se organizaron para ejercer su derecho al voto y después centrarse en el derbi.

El estadio del barrio de Heliópolis, con capacidad para cerca de sesenta mil espectadores, registra una magnífica entrada en esta noche de domingo fresca y ventosa.

Un dato de la expectación que se crea es que fueron más de seis mil socios del conjunto de Nervión los que se inscribieron para optar a las trescientas entradas puestas a su disposición en el sorteo organizado por su club.

El Sevilla, según el acuerdo llegado con el Betis, recibió 602 localidades en la zona específica para aficionados visitantes, la misma cifra que tendrá el Betis cuando en marzo devuelva la visita su 'eterno' rival, y de ellas trescientas fueron sorteadas entre sus abonados y socios y el resto se destinaron a los distintos compromisos del club visitante.

El autobús con la expedición oficial bética llegó sobre las 19.15 horas desde un cercano hotel rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad que acotó los aledaños del estadio y con miles de seguidores vitoreando a los suyos, los mismos que recibieron cinco minutos después al de los sevillistas sin que se produjeran incidentes.

El gran ambiente vivido en los alrededores del Villamarín, y también en los del Sánchez Pizjuán, donde se concentraron los seguidores sevillistas que se desplazaban en grupo al escenario del partido, se concentra ahora en el interior del estadio a la espera de pitido inicial.

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