El Plan Especial redactado por Ayesa para el Ayuntamiento con el fin de justificar la ampliación del tranvía desde San Bernardo a Santa Justa refleja, en una proyección económica hasta 2052, que generará un déficit superior a los 117 millones de euros. Ante ello, se invoca un ahorro de tiempo por la mayor velocidad, que se valora en 245 millones (más que todo el coste de la inversión, la operación y el mantenimiento) para que así sea asumido “desde la óptica de la sociedad en su conjunto”. Con este argumento se puede justificar, por ejemplo, una autopista en línea recta entre Sevilla y otra ciudad porque la línea recta permite más velocidad y ahorrar tiempo de viaje, independientemente del coste de la infraestructura.
Si el tranvía es más rápido y ésa es su ventaja competitiva, debería generar mayor demanda y, en consonancia, mayores ingresos por mayor número de viajeros que lo hagan rentable, pero si ni aun así se estima que lo sea, no se puede recurrir a conceptos intangibles para tratar de ampliarlo a toda costa. Por esa senda también podría valorarse si es más estético, si pesa menos, etcétera. El corredor de la proyectada ampliación es el de mayores conexiones de transportes de toda Sevilla, por lo que cabe preguntarse si es prioritario gastarse 49 millones en ampliar el tranvía teniendo la ciudad tantas necesidades pendientes. No hay razones económicas para justificar el proyecto; sólo políticas.