Salvo honrosas excepciones, como la del grupo Publicaciones del Sur, en los medios de comunicación locales no tuvo demasiado eco la conferencia que en Sevilla pronunció el presidente de la Diputación de Málaga, José Francisco Salado, titulada ‘La pujanza del Sur, una oportunidad para el desarrollo de España’, que organizó la Unión Cívica del Sur (Civisur), plataforma conjunta de profesionales sevillanos y malagueños, y que presentó el homólogo de Salado, Fernando Rodríguez Villalobos.
Salado volvió a recordar cuestiones elementales, especialmente la necesidad de acabar de una vez por todas con la rivalidad entre ambas ciudades/provincias para, desde una estrategia de cooperación (él acuñó el palabro ‘coopetición’; ya puestos, yo preferiría ‘cooemulación’) que las haga más fuertes, convertir el eje Sevilla-Málaga/Málaga-Sevilla en el tercero económico de España.
En su opinión (compartida), ese eje y todo su potencial no podrá desarrollarse plenamente si no hay una mejora notable de las comunicaciones, especialmente las ferroviarias, de ahí la necesidad de que desde una y otra urbes se haga un frente común por el proyecto de AVE directo que las una en menos de una hora y por asumir como propias las reivindicaciones de la otra: la conclusión de la SE-40 en Sevilla y la autovía del Guadalhorce en Málaga.
Nuevo clima
Hay que reconocer que gracias a iniciativas como la creación de Civisur y a la previa de Andalucía TECH, el Campus de Excelencia Internacional impulsado de manera conjunta hace más de un decenio por la Universidad Hispalense y por la malagueña, se ha avanzado muchísimo en la superación de la arcaica rivalidad entre ambas ciudades, perjudicial tanto para las dos como para el conjunto de Andalucía, y que gradualmente se ha instaurado un nuevo clima, aunque todavía quedan recelos en el fondo del armario.
Ese nuevo clima es el que, por ejemplo, ha permitido que mientras Salado pronunciaba su conferencia se estuviera aún celebrando en el Museo de Bellas Artes de Sevilla la primera exposición conjunta en toda su historia del museo sevillano y del Museo Picasso de Málaga, la titulada ‘Cara a cara. Picasso y los maestros antiguos’, que podrá verse también en la pinacoteca malagueña desde el 22 de febrero hasta el 26 de junio de 2022.
Ha sido y será una excepcional oportunidad de ver obras del genial pintor malagueño junto a la de artistas a los que admiraba y que le sirvieron de fuente de inspiración, como El Greco, Zurbarán, Pacheco, Caracciolo, Bejarano…
Y cabe preguntarse cómo se ha tardado 18 años en organizar una muestra conjunta de ambos museos estando como están ubicados en las capitales de dos provincias hermanas y limítrofes, distantes únicamente 200 kilómetros por carretera. ¿Habrá que esperar otra veintena de años para un evento similar o será éste el comienzo de una fructífera etapa de proyectos conjuntos?
Y lo mismo cabe preguntarse sobre los teatros Cervantes y Maestranza. ¿En 30 años de historia de este último no ha habido todavía oportunidad de compartir parte de las programaciones de ambos, para que sevillanos y malagueños las puedan disfrutar en común, les suponga un ahorro económico a los dos espacios culturales o, uniendo presupuestos, puedan realizar desde producciones propias a traer a Andalucía grandes montajes que uno solo de ellos no podría afrontar?
Y así podría repasarse la lista de instituciones, y no sólo en el campo cultural, para tratar de ver dónde se pueden organizar actividades conjuntas.
Freno
Desgraciadamente, el denominado eje Sevilla-Málaga/Málaga-Sevilla, que nació con gran entusiasmo por una y otra parte y extendió su impulso a Córdoba y Granada para conformar ‘Andalusiansoul’, se ha desinflado de forma notoria en los últimos tiempos, más por causa de Juan Espadas que del alcalde malagueño, Francisco de la Torre, y sobre todo a raíz del salto del primero a la política autonómica como líder del PSOE(A) y candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Málaga se sintió abandonada y traicionada por el resto de miembros de ‘Andalusiansoul’, que no le mostraron su apoyo en su pretensión de albergar la Agencia Europea del Medicamento. En contraste, en julio de 2021 el alcalde malagueño, Francisco de la Torre, sí expresó su respaldo a la candidatura de Sevilla para albergar una incubadora de la Agencia Espacial Europea, el ESA Business Innovation Center, y de Granada para la instalación del acelerador de partículas IFMIF-Dones.
En un hilo publicado en la red social Twitter, De la Torre consideró que ambas sedes serían beneficiosas para Málaga, ya que la capital ha incubado empresas y actividades de la Universidad de Málaga relacionadas con el espacio. “Y seguiremos haciéndolo”, añadió.
Igualmente, apoyó la candidatura granadina para el acelerador de partículas IFMIF-Dones, una infraestructura científico-técnica destinada a ensayar con los materiales que constituirán los futuros reactores de fusión nuclear en condiciones de operación reales.
De la Torre no dejó pasar la oportunidad de recriminar a ambas ciudades/provincias que no hubieran apoyado la candidatura de Málaga como sede de la Agencia Europea del Medicamento, que tenía que dejar Londres después del Brexit. “Nos hubiera venido muy bien que Sevilla y Granada hubieran apoyado en 2016 y 2017 las aspiraciones de Málaga”, afirmó.
El alcalde malagueño añadió que la ubicación en su ciudad de la EMA hubiera sido positiva para toda Andalucía y sigue creyendo que el apoyo de Granada y Sevilla “hubiera llevado necesariamente a la Junta de Andalucía de entonces a apoyar la candidatura de Málaga y a cambiar la posición nacional de apoyo a Barcelona del PP, PSOE y Ciudadanos”.
Ámsterdam ganó en noviembre de 2017 el concurso para albergar la EMA. En esa votación, la ciudad española de Barcelona, a la que apoyó el Gobierno de entonces, cayó eliminada en primera ronda detrás de Bratislava, Milán, Copenhague y la propia Ámsterdam.
Espadas ha tratado en las últimas semanas de romper esa imagen de pasividad. El PSOE(A) ha filtrado que su líder ha intercedido ante Pedro Sánchez para que el Gobierno de España apoye en el Bureau International des Expositions (BIE) la candidatura de Málaga como sede en 2027 de la Exposición Internacional sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la que también aspira Minnesota (Estados Unidos).
El rascacielos
El segundo motivo de deterioro del eje se produjo durante el pasado verano, cuando sin venir a cuento por tratarse de un asunto estrictamente malagueño Espadas se inmiscuyó en la polémica sobre el proyecto de rascacielos (116 metros de altura) en el puerto de Málaga tras no haberse opuesto nunca en Sevilla a la torre Pelli (180 metros).
Desde entonces las relaciones de ambos políticos se han enfriado notablemente, lo que ha acabado afectando al eje común, que necesita de un nuevo impulso. No puede fructificar lo que no se alimenta y se deja dormido. Por ejemplo, la página común de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla, denominada ‘Andalusiansoul’, se ha quedado reducida a un mero escaparate estático en Internet. Tiene un apartado de Agenda en el que teóricamente cualquier interesado podría encontrar información sobre los eventos que se celebraran en cada una de las cuatro ciudades.
Volviendo al ejemplo de la exposición sobre Picasso, un amante del arte que hubiera conocido a través de ‘Andalusiansoul’ su celebración en el Museo sevillano podría haberse animado a reservar una estancia en nuestra ciudad para visitarla en un fin de semana, pero esa vía no sirve de nada porque la Agenda está vacía de contenido. Yo he pulsado en distintas fechas de forma aleatoria y nunca me ha aparecido actividad alguna. ¿Quién se encarga de alimentarla de información? Nadie.
Nuevo impulso
Parece evidente la necesidad de recomponer el deteriorado eje Sevilla-Málaga/Málaga-Sevilla dotándolo de contenidos y actividades conjuntas en todos los ámbitos, y no sólo el cultural, y celebrando encuentros políticos (y de otro tipo) periódicos a modo de cumbres, como si, salvando las distancias, se tratara del eje franco-alemán que es el motor de la Unión Europea. Y sí, tal como ha preconizado el presidente de la Diputación malagueña, Sevilla y Málaga, Málaga y Sevilla deben ser el motor de Andalucía, codo con codo y no espalda contra espalda.
Para ello quizás sería conveniente nombrar dentro de cada Ayuntamiento un concejal-delegado encargado de forma permanente de las relaciones con la otra ciudad y que con su homólogo en la contraparte se responsabilizara de organizar todo tipo de actividades conjuntas en contacto con la sociedad civil, y de rendir cuentas al menos trimestralmente de lo realizado y de lo proyectado.
Sin ese nuevo impulso será difícil que Sevilla y Málaga, Málaga y Sevilla encarnen la pujanza de ese Sur que tiene un nombre mucho más eufónico y hermoso: Andalucía.
