El salinero y el burrito de carga no rentabilizan la salina del siglo XXI

Publicado: 14/09/2013
El Clúster de Salineros Bahía de Cádiz se presentará en octubre y tendrá su campo de experimentación en la salina Tres Amigos con un proyecto de explotación integral.
El problema no es que la sal marina atlántica ya no sea un producto con salida a los mercados nacionales e internacionales. En ese aspecto influyen ciclos que hay que seguir y amoldarse a las circunstancias,  máxime en un mundo globalizado en el que la exportación ya está al alcance de cualquier empresario con un producto que exportar y con la maquinaria necesaria para darlo a conocer y provocar la demanda.

El problema de las salinas es que no se pueden explotar como se hacía en el siglo pasado y se ha hecho ancestralmente. La imagen del salinero, con su sombrero de paja sacando la sal y la de los burros trasladándola puede resultar atractiva en una oferta turística, a todo lo más y como parte de algo más grande, pero en el siglo XXI la explotación tiene que hacerse como corresponde a las circunstancias actuales.

Esa es la premisa con la que trabajan desde hace cuatro  años -si ha salido a la luz a través de este periódico ha sido por una filtración, porque la voluntad era seguir trabajando en silencio- una serie de empresarios y las autoridades locales y provinciales para convertir las salinas de Río Arillo en un ejemplo de lo que puede ser la explotación del resto de las salinas del término municipal  de San Fernando y por extensión, de toda la Bahía de Cádiz.

Para empezar y eso lo sabe todo el mundo, la sal marina atlántica es una maravilla de la naturaleza, química pura. Pero la sal que se demanda es la sal reforzada tratada con iodo. Se tiene, pues, el producto y se sabe qué es lo que demanda el mercado, con lo que ya está parte del camino recorrido a falta de producirlo que es cuestión de tiempo.

Posiblemente la situación de las salinas de la bahía de Cádiz -desamparadas en su mayor parte-haga pensar que cuando están así es porque el mercado las ha puesto en su lugar, pero sería un razonamiento muy pobre y excesivamente conformista, principal enemigo de un renacer que precisa altura de miras y que entronca con lo que se decía antes. Esto es, que la exportación, como  principio fundamental, ya está al alcance de cualquiera y que no se puede explotar una salina en el siglo XXI como se explotaba en los siglos anteriores.

Mercados
Es necesario hablar de globalización y de ver un poco más allá. Por ejemplo, hasta el lejano Oriente, donde existe un país de más de mil millones de habitantes  que demanda sal marina como la que se puede conseguir en la bahía en grandes cantidades, estableciendo previamente los lazos comerciales con ese país emergente y con otros muchos susceptibles de adquirir el producto en cuestión.

A los dos principios anteriores- la ‘facilidad’ para la exportación y las nuevas formas de gestionar cualquier sector- se une un concepto que no se ha tenido en cuenta nunca en la comarca y que ha dado al traste con muchos proyectos. Esto es, que para ser grande hay que pensar a lo grande y que quien es pequeño sólo puede ser grande desde el principio uniéndose a tantos pequeños como sea necesario para comenzar siendo grande.

También ahí están los cabos atados -o en proceso de atarse- porque lo que se pretende crear en octubre es el Clúster Salinero de la Bahía de Cádiz. Clúster, a todo esto, es una palabra inglesa españolizada y que se usa para definir las concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular para la competencia.

Y esto es lo que se pretende, unir a los propietarios de salinas y a las instituciones, habida cuenta de que se trata de un espacio fuertemente protegido, para crear esa gran empresa capaz de aprovechar los recursos  autóctonos y hacerlo además en un nivel de competitividad aceptable. 

Pero el clúster no es sólo una palabra. Es un concepto económico y empresarial nacido a principios de la década de los 90 del siglo pasado que se diferencia de otras concentraciones empresariales en su visión global de la competencia, en la utilización de los recursos de cada una de las empresas diferentes para reforzar la oferta común. O  dicho de otra forma, en aprovechar, en el caso del proyecto que se pretende en San Fernando, cada una de las potencialidades de una salina, que no es solo la sal.

Campo de experimentación
La salina Tres Amigos será, pues y en poco tiempo, un campo de experimentación en el que se extraerá sal, pero no serán menos importantes otros aspectos de su explotación como el turístico, el hostelero, el cultural y sobre todo, el laboral.

Esa filosofía, en principio limitada al ‘campo de experimentación’ se extrapolará después a todo lo que sumen los salineros que se unan al clúster, las empresas ya constituidas que aumenten la oferta y las fundaciones e instituciones que no se quieran quedar al margen. Por lo pronto y además del promotor de la idea, la Fundación Tecnotur e Innovamar.

Tecnotur se constiuyó en 2004 como fundacion privada y sin ánimo de lucro, con la participacion de 20 empresas privadas y seis instituciones, entre estas última y como no podía ser menos, el Ayuntamiento de Chiclana, siempre activo en todo lo que sea el desarrollo de la comarca.

La Fundación Instituto Tecnológico para el Desarrollo de las Industrias Marítimas (Innovamar) es una organización de carácter privado, constituida también sin animo de lucro que tiene como finalidad fundamental, la de fomentar la investigación y el desarrollo en la industria de construcción naval y su industria auxiliar, así como en el transporte marítimo y la explotación de los recursos marítimos, con especial énfasis en apoyar proyectos que desarrollen acuerdos de cooperación entre empresas, organismos y/o entidades y la constitución de alianzas empresariales.

También se encarga del estudio, defensa y apoyo al medio ambiente así como a todo tipo de acciones relacionadas con la protección y mejora del medio ambiente en lo que se refiere al sector marítimo.

Cerca de San Fernando
Hay que destacar que la zona donde se va a trabajar no es aquella en la que ya había un proyecto turístico de los muchos que se anunciaron como parte del renacer de la Bahía entre los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando; esto es, los planes para la salina Dolores.

Se trata de la zona que está más cercana a San Fernando y que en los últimos decenios ha sufrido el deterioro propio de la falta de actividad, como el resto de las salinas de la Bahía de Cádiz, por lo que el proyecto piloto que se ponga en marcha conseguirá, en el peor de los casos, revitalizar una zona que está seriamente dañada.

Todo lo demás vendrá por añadidura y quién sabe si esta vez la idea es la buena para recuperar parte del terreno perdido que en caso de La Isla, es la mitad de su término municipal.

Pescado de estero, no de piscifactoría como pescado de estero

No se trata sólo de una actividad salinera, como se ha dicho con anterioridad. En la bahía de Cádiz y concretamente en las 10.500 hectáreas de Parque Natural que podría abarcar el Clúster Salinero de la Bahía de Cádiz hay otros elementos que se deben tener en cuenta para su explotación, algunos tan obvios que pasan desapercibidos por la costumbre y que ha llegado a traducirse en una distorsión de la realidad.

Por poner un ejemplo que citaban a este periódico, los esteros de San Fernando se han convertido en piscifactorías y el pescado que se extrae de ellos es de piscifactoría. Sin embargo, se han olvidado de cultivar el auténtico pescado de estero que en la Bahía y de cara al exterior se puede convertir en otro producto singular, que sin duda no es el pescado criado y engordado en cautividad.

En todo ese Parque Natural hay edificios susceptibles de convertirse en restaurantes, centros de interpretación muy alejados del concepto impuesto en la Leocadia y que casi supone un atentado al paisaje.

Por haber, existen enclaves defensivos prácticamente olvidados en toda la ribera de La Isla se que se pueden sumar a la oferta y existen senderos que comunican diversas zonas del Parque que podrían tener más alicientes que el simple hecho de gozar de la naturaleza y de un paisaje envidiable. Todas esas cosas unidas es un clúster, es el proyecto que dentro de poco se pondrá de largo, máxima cuando ya este periódico lo avanza aunque sin poder citar las fuentes de información.

Administraciones
Y a todo esto y habida cuenta de que San Fernando es una ciudad rodeada de administraciones por todas partes, ¿cuál es el grado de colaboración de ayuntamientos, Diputación y Junta de Andalucía, además de la Demarcación de Costas?

Según señalan los promotores, muy bueno por cuanto que se trata de un proyecto tremendamente respetuoso con el medio ambiente y que puede generar un empleo del que necesita la comarca como el comer. Y nunca mejor dicho.

El primero y uno de los más involucrados es el Ayuntamiento de San Fernando que no se quiere quedar fuera de un proyecto de esa envergadura, independientemente de que está en su término municipal. La Diputación, por extensión, también presta su apoyo y lo hace también la Junta de Andalucía. Allanado el camino más intrincado, lo demás está por llegar.

Como comentaban a este periódico, la Bahía de Cádiz ha pasado y está pasando por un “proceso psiquiátrico, está enferma social y económicamente” y es cuestión de provocar un cambio de ciclo aprovechando sus propios recursos naturales. Y su capacidad creativa que su enfermedad no deja emerger.

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