La Pollinica realiza desde las 11 de la mañana estación penitencial en un Domingo de Ramos donde el sol luce radiante. Con el cielo plenamente azul, alejado el mal recuerdo de los dos últimos años, la hermandad de La Dehesa no sólo saludó a sus vecinos del barrio, sino que volvió a encontrarse con Ronda: "Vamos para Ronda", decía en alusión al centro de la ciudad el nuevo capataz del renovado paso del Señor, Miguel Cabello, cuando mandó a sus 48 costaleros a encarar el camino hacia la Avenida de La Legión tras abandonar la Plaza de San Antonio.
Antes, a las 11.00, puntualmente se habían abierto este año las puertas de la Iglesia de La Dehesa. La Hermandad, que estrenaba salida a costaleros con el Señor en la Pollinica, se detuvo dentro de la Iglesia. Hasta dos chicotás cupieron en el templo antes de que el Señor saliera a la calle, acompañado por los sones de la banda de música Columna y Azotes, de Écija (Sevilla).
Los rondeños pudieron comprobar el trabajo realizado en el antiguo trono del Señor. El trabajo de madera, obra de Jesús Prieto; de la cerrajería se ocupó la Herrería Gazaba. Los nuevos faldones, en terciopelo azul oscurso y rematados en pasamanería dorada y con respiraderos de malla también dorados, son obra de María Arias Leo y Amparo Molina Blanco.
Las otras novedades, abriendo el cortejo, un libro de reglas y un cojín.
Se vieron palmas y ramas de olivo. Muchos niños, con las tradicionales pañoletas hebreas.
Tras el Señor, salió la Virgen; blanca María Santísima de la Paloma, no evitó provocar alguna lágrima emocionada a quienes esperaban verla este Domingo de Ramos en La Dehesa.
La Hermandad llegó puntual al Palco de Toma de Hora, y a estas horas la Virgen sale de la Tribuna. Está previsto que en una hora el cortejo regrese a la Dehesa, habiendo cumplido sin problemas de este modo el primero de todos los previstos esta Semana Santa que se antoja más lucida que estos últimos años a cuenta del buen tiempo anunciado.
