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La exposición de José Guerrero que muestra sus trabajos en Estados Unidos y Andalucía viaja hacia Barcelona

Entre los trabajos que pueden verse -- muchos de ellos nunca vistos en España -- hay 30 lienzos, cinco obras murales, 17 grabados y 28 dibujos, además de material de documentación y un vídeo realizado para la exposición

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La muestra 'José Guerrero. The Presence of Black 1950-1966' en las que se muestran influencias americanas y andaluzas, se despide de la fundación Montemadrid tras su paso por el Centro José Guerrero y la Alhambra, en Granada, para viajar a la Fundació Suñol de Barcelona donde estará expuesta desde el 7 de mayo al 5 de septiembre de 2015.

   Esta exposición es "la primera inmersión monográfica en profundidad" de los años americanos del pintor, y refleja esa etapa experimental de su trabajo que se tradujo formalmente en la depuración del lenguaje figurativo que había marcado su etapa europea hasta conducirlo al campo de la llamada abstracción biomorfica de cierto contenido simbólico o metafísico.

   Entre los trabajos que pueden verse -- muchos de ellos nunca vistos en España -- hay 30 lienzos, cinco obras murales, 17 grabados y 28 dibujos, además de material de documentación y un vídeo realizado para la exposición.

SECCIONES

   La muestra está dividida en cinco secciones. La primera, basada en la abstracción biomórfica reflejada en los primeros trabajos realizados por José Guerrero tras su llegada a Estados Unidos, en noviembre de 1949.

   De las bioformas al gesto, formada por obras realizadas desde los inicios de los años 50 hasta mediada la década, entre las que se encuentran grandes lienzos Black Cries, pintado con motivo del nacimiento de su hija Lisa; Ocultos, Signos, Ascendentes, Black Followers y Signo, una estación intermedia o fase de transición dentro de la evolución de su obra.

   En Pintura y arquitectura, una de las novedades de esta retrospectiva, muestra a un Guerrero muralista que pretende integrar en la pintura los nuevos materiales que la industria de la construcción proporcionaba y que denomina frescos portátiles.

   El expresionismo abstracto es el título de la cuarta sección en la que aparecen obras en las que el pintor muestra signos claros de cambio, gracias al uso de colores provocativos sumados a formas dramáticas, en los que el negro ocupa un notable protagonismo que le permite trasladar al lienzo su mundo emocional.

   La memoria revisada, en torno a 1962-1963, es el prólogo de su vuelta a España, algo que ocurre en 1965, con obras cuyos títulos están relacionados con la patria del pintor: Albaicín (1962), La Chía (1962), Sacromonte (1963). A partir de 1965 los Guerrero se establecieron en Frigiliana (Málaga), donde adquieren y remodelan un cortijo al que vuelve desde entonces todos los veranos; Cuenca, animado por el ambiente creado en torno al Museo de Arte Abstracto Español; y Madrid.

   La figura de Federico García Lorca ocupa un lugar destacado dentro de este apartado. Con motivo del 30 aniversario de la muerte del poeta de Fuente Vaqueros, José Guerrero realiza un viaje por Andalucía en 1965. Fruto de aquel intenso reencuentro, Guerrero pinta La Brecha de Víznar (1966) y otras telas monumentales de evocaciones lorquianas que también pueden verse en The presence of Black 1950-1966 como A la muerte de Sánchez Megías (1966) o Antojos negros con amarillos (1966).

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