La Junta ha dado por extinguido el lobo en la región. Así se lo comunicó la directora general del Medio Natural, Biodiversidad y Espacios Protegidos del Gobierno autonómico, Araceli Cabello, a los miembros de la Plataforma por la Recuperación del Lobo en Andalucía en una reunión mantenida a mediados del pasado mes de marzo.
La noticia no ha sorprendido a los colectivos que integran la plataforma. Juan Clavero, portavoz de Ecologistas en Acción en Cádiz, sostiene que el último ejemplar fue abatido en la provincia de Cádiz en el año 1912. Cuando contaba con apenas diez años, recuerda, se cruzó con uno en Jaén, pero, apunta que el último registro, de 2012, ya hacía referencia a un único grupo reproductor constatado en Andalucía, lo que indicaba una situación límite como no se había visto nunca desde el punto de vista demográfico y, probablemente, genético.
Loque sí ha causado estupor es que el Gobierno andaluz no haya llevado a un plan de recuperación de esta joya emblemática. Clavero indica que las medidas llevadas a cabo para su conservación desde que es considerada especie protegida catalogada de Interés Especial han sido ineficaces, insuficientes y, desde luego, no idóneas.
Pero también recuerda que la Administración autonómica apoyó la caza del lobo ibérico en febrero de 2021, cuando votó en contra de la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica para incluir a esta especie en la lista roja de animales en peligro. Parece, por tanto, impensable que la Junta de Andalucía vaya a poner en marcha técnicas de reintroducción, como ha ocurrido con el caso de éxito del lince ibérico.
Tampoco parece dispuesta a facilitar la reintroducción natural ante la expansión que vive el lobo en el centro peninsular. “Que vuelva o no está por ver”, matiza Joaquín Reina, miembro de Ecologistas en Acción en la plataforma.
Pero hay que tomar medidas que faciliten su reingreso. Para ello, plantea que se detenga la caza de gestión de la especie por medio de mallas cinegéticas, y se intervenga en el régimen de propiedad de las fincas, especialmente en Sierra Morena, cuyos propietarios controlan el territorio al marge de la Administración.
Contra la leyenda negra: solo causan el 1% de daños en ganado
Las organizaciones ecologistas se afanan en desmentir la leyenda negra en torno al lobo. En este sentido, explican que los ataques de esta especie al ganado extensivo apenas representa el 1% de los daños, frente a las bajas por el clima o la enfermedad.
El portavoz de Ecologistas en Acción en Cádiz, Juan Clavero, apunta la importancia de la presencia de mastines, una raza seleccionada cientos de años genéticamente para la tarea de prevenir que el lobo pueda matar o atacar al rebaño, lo que requiere contar con recursos económicos para su crianza.
A su favor, apuntan que el lobo ocupa la cuima de la pirámide ecológica, de manera que, sin su presencia, las poblaciones de sus presas crecen sin límite, lo que puede provocar desequilibrios en el ecosistema.
