El ataque talibán hoy contra la ONG Counterpart International en el centro de Kabul finalizó tras seis horas de combates con la muerte de al menos diez personas, entre ellas cinco insurgentes, y 24 heridos.
"El ataque ha concluido. Hemos finalizado la operación de despeje y todos los terroristas han muerto", aseguró a Efe el portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid.
El ataque contra la sede de Counterpart en Kabul comenzó hacia las 11.45 hora local (7.15 GMT) cuando un atacante detonó los explosivos que portaba en la entrada del edificio, lo que abrió paso a otros cuatro insurgentes, que iniciaron un combate con las fuerzas de seguridad que se prolongó durante unas seis horas.
Además se produjeron otras cinco muertes, entre ellas "un miembro de las fuerzas especiales" y 24 personas más, "incluido un extranjero", resultaron heridas, detalló Mujahid, que celebró que 200 personas, en su mayoría empleados de la ONG, fueron rescatadas.
Las imágenes desde el lugar del atentado mostraron los graves daños sufridos por la sede de la ONG y los alrededores tras la explosión y el posterior tiroteo, con la mayoría de las ventanas rotas, muros destruidos y una intensa columna de humo.
Counterpart International, en un mensaje en Twitter, denunció el ataque perpetrado por "supuestos atacantes suicidas" que llevaron a cabo "una serie de explosiones" y aseguraron que su prioridad ahora es garantizar la seguridad de unos empleados que "dedican sus vidas a ayudar a otros".
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid reivindicó la acción en un comunicado, en el que acusó a la "ONG estadounidense" de haber sido creada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y de estar "involucrada en varias actividades occidentales destructivas".
Según el portavoz talibán, Counterpart lleva a cabo "un peligroso programa llamado Ángel cuyo objetivo es promover las relaciones entre hombres y mujeres" y en sus instalaciones forman además a trabajadores de la administración afgana para impulsar la "ideología antiislámica y la promoción de la cultura occidental".
El embajador de Estados Unidos en Afganistán, John Bass, aseguró sin embargo en Twitter que la labor de la ONG estadounidense se centra en "ayudar a las comunidades locales, el entrenamiento de periodistas y apoyo a los afganos", y que es ese el motivo que la ha convertido en "objetivo de una violencia sin sentido".
"Los talibanes, una vez más, han cometido un crimen imperdonable atacando una oficina civil (...) durante el mes sagrado de Ramadán", sentenció por su parte en un comunicado la oficina del presidente afgano, Ashraf Ghani, lo que muestra, aseguró, que los insurgentes están "contra todos los principios y valores islámicos y afganos".
Este ataque llega menos de un mes después de que los insurgentes del mulá Haibatullah anunciasen su tradicional incremento de las operaciones militares con la llegada del buen tiempo a pesar de que en los últimos meses han mantenido varias rondas de negociación para la paz con representantes estadounidenses en los países del Golfo.
La semana pasada, unos 3.200 líderes tribales, políticos y ciudadanos influyentes se reunieron en Kabul para analizar unas posibles negociaciones de paz con los talibanes y pidieron un alto el fuego y un diálogo "intra-afgano".
La guerra en Afganistán, que comenzó en 2001 con la invasión estadounidense y el derrocamiento de los talibanes, se encuentra en uno de sus momentos más sangrientos sin que en el campo de batalla se atisben cambios.
En la actualidad, el Gobierno afgano controla alrededor de un 55 % del territorio y los talibanes dominan casi el 11 %, mientras que el resto del país está en disputa, según los últimos datos del inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), del Congreso de Estados Unidos.