El presidente estadounidense, Donald Trump, dio un paso más en la presión sobre Irán con la imposición de nuevas sanciones, en este caso a las exportaciones de hierro, acero, aluminio y cobre, a la vez que exigió a Teherán que "altere fundamentalmente su conducta".
"Hoy he firmado una orden ejecutiva para imponer sanciones a los sectores del hierro, acero, aluminio y cobre de Irán, que son las mayores fuentes de ingresos derivados de las exportaciones después de los productos relacionados con el petróleo", dijo Trump en un comunicado, al recordar que suponen el 10 % de su economía exportadora.
Como justificación, Trump explicó que Irán podría usar los beneficios de la venta de metales "para proporcionar fondos y apoyo a la proliferación de armas de destrucción masiva, grupos y redes terroristas, campañas de agresión regional y expansión militar".
Las nuevas sanciones de Washington se dan a conocer poco después de que Irán anunciase la suspensión de la aplicación de algunos de sus compromisos bajo el acuerdo nuclear de 2015, del que EE.UU. se retiró hace un año pero que aún compromete a otros cinco países.
"Este es un intento de chantaje bastante flagrante", consideró Tim Morrison, director para Armas de Destrucción Masiva en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, durante una conferencia organizada por la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington.
Irán informó de que retomará el enriquecimiento de uranio a niveles mayores y completará un reactor de agua pesada si cinco de los países firmantes (Francia, el Reino Unido, China, Rusia y Alemania) del pacto nuclear de 2015 no eliminan en 60 días las actuales restricciones a las exportaciones de petróleo iraní y a su sistema bancario.
La tensión entre Estados Unidos e Irán ha aumentado de manera sostenida desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, pero se ha disparado en las últimas semanas.
En abril, el presidente estadounidense decidió no renovar las exenciones a la compra de crudo iraní otorgadas a ocho países, con el objetivo declarado de llevar a cero las exportaciones petroleras de Teherán, su principal fuente de ingresos.
Este domingo, la Casa Blanca anunció que desplegaría en Oriente Medio un portaaviones con su equipo de combate y un grupo especial de cazabombarderos, debido a lo que el Pentágono describió como "indicaciones" de que Irán planeaba "operaciones ofensivas contra fuerzas e intereses estadounidenses en la región".
De hecho, este martes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, realizó una visita sorpresa a Irak para abordar la tensión con Teherán con las autoridades de ese país, que acoge a algunas tropas estadounidenses.
En su decreto de hoy, Trump se jactó de que gracias a las presiones de Estados Unidos "el régimen iraní está sufriendo para financiar su campaña de terror violento, con una depresión económica sin precedentes".
Aprovechó, no obstante, la ocasión para ofrecer una tregua a Irán si altera "de manera fundamental su conducta".
"Espero reunirme algún día con los líderes de Irán para alcanzar un acuerdo y, algo especialmente importante, tomar los pasos para dar a Irán el futuro que merece", aseveró.
Como consecuencia del endurecimiento de las sanciones, las exportaciones petroleras de Irán han caído a cerca de unos 800.000 barriles diarios (de los 2,5 millones anteriores) y la moneda nacional, el rial, se ha devaluado fuertemente.
Las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), dadas a conocer a comienzos de este mes, pronosticaron una profundización de la crisis económica en Irán con un contracción estimada del 6 % para 2019 después de la del 3,9 % del producto interior bruto (PIB) registrada en 2018.