Tras año y medio encarcelados, los reporteros de la agencia Reuters Wa Lone y Kyaw Soe Oo, que revelaron una matanza del Ejército birmano contra la minoría musulmana rohinyá, fueron liberados hoy al ser incluidos en una amnistía concedida por el presidente de Birmania.
Con amplias sonrisas y gestos de felicidad, los periodistas birmanos, galardonados este año con el premio Pulitzer, abandonaron a primera hora del día el centro penitenciario de Insein, en las afueras de Rangún, donde permanecían recluidos desde diciembre de 2017.
Ambos, escoltados por compañeros y tras hacer unas breves declaraciones de agradecimiento a los medios, fueron trasladados hasta un hotel de Rangún donde se reunieron con sus mujeres e hijas.
La imagen de Wa Lone, de 33 años, con su hija nacida durante su estancia en prisión en brazos, junto a Kyaw Soe Oo, de 29 años, sosteniendo a su vez a su retoño, es una de las más compartidas por sus compañeros de Reuters.
"Estoy muy feliz por su liberación, que abre una perspectiva positiva para otros periodistas imputados" por la justicia birmana, declaró a Efe Than Zaw Aung, abogado defensor de los periodistas.
La amnistía llega tras una fuerte campaña de presión internacional por su liberación y contra el Gobierno liderado por la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, quien llegó a defender la decisión judicial de encarcelar a los informadores.
"Estamos satisfechos de que Birmania haya liberado a nuestros valientes reporteros, Wa Lone y Kyaw Soe Oo. Desde su detención hace 511 días, se han convertido en un símbolo de la importancia de la libertad de prensa en todo el mundo. Les damos la bienvenida en su regreso", dijo Stephen Adler, editor jefe de Reuters, en un comunicado.
La agencia de noticias confirmó que los liberados no comparecerán hoy ante los medios.
Los dos periodistas fueron detenidos el 12 de diciembre de 2017 instantes después de recibir de unos policías documentos confidenciales sobre una matanza perpetrada por el Ejército birmano contra diez musulmanes rohinyá en el estado de Arakan (Rakáin), en el oeste del país, que investigaban.
Su trabajo en el reportaje que desveló la matanza fue reconocido en abril con el premio Pulitzer, uno de los más prestigiosos del periodismo mundial.
Durante el juicio, un agente testificó que los dos reporteros cayeron en una emboscada planeada por un alto cargo policial.
En septiembre de 2018, un magistrado de un Tribunal de Rangún declaró a los periodistas culpables de vulnerar la Ley de Secretos Oficiales, que data de la época colonial británica, y los condenó a siete años de prisión.
la condena fue ratificada el pasado abril cuando el Tribunal Supremo de Birmania rechazó el segundo y último recurso de apelación interpuesto por los periodistas, lo cual abría la posibilidad de que fueran amnistiados.
El presidente de Birmania (Myanmar), Win Myint, concedió hoy un perdón a 6.520 presos, entre los que figuraban Wa lone y Kyaw Saw Oo.
La oficina de Naciones Unidas en Birmania calificó la puesta en libertad de ambos como "un paso adelante hacia la mejora de la libertad de prensa y un gesto del compromiso del Gobierno birmano hacia la transición a la democracia" .
"No debieron pasar por este calvario por hacer su trabajo", apuntó en Twitter la surcoreana Yanghee Lee, relatora especial de la ONU para los derechos humanos en Birmania.
La matanza que investigaban ocurrió durante una campaña del Ejército birmano en el norte de Arakan que llevó a más de 700.000 rohinyá a huir a Bangladesh y en la que la ONU denunció "genocidio intencional" y calificó de "limpieza étnica de manual".
En diciembre de 2018, los dos reporteros fueron designados por la revista Time como Personas del Año junto al periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi, la reportera filipina Maria Ressa y el periódico estadounidense Capital Gazette, donde cinco trabajadores murieron en un tiroteo el pasado junio.
Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch, aplaudió la liberación al tiempo que destacó que todavía hay "decenas" de periodistas birmanos que se enfrentan a cargos criminales infundados impulsados por el Ejército o el Gobierno.
"El vacilante respeto de Birmania por la libertad de los medios indica la grave situación a la que se enfrentan los derechos humanos y la democracia a medida que el país se encamina hacia las elecciones de 2020", opinó Robertson.