Tras dos días de violencia y un total de 27 muertes -23 palestinos y 4 civiles israelíes-, Israel y Hamás se acercan a un alto al fuego mediado por la ONU, Egipto y Catar, informaron esta noche diversos medios locales.
Mientras las alarmas siguen sonando en las ciudades adyacentes a la Franja de Gaza, medios tanto israelíes como palestinos indican que es inminente un alto al fuego cuyos detalles se estarían ultimando.
La web de información palestina Sama informó de que mediadores egipcios y una delegación qatarí alcanzaron un acuerdo con Hamás para un cese temporal de hostilidades.
En el lado israelí, el diario Haaretz y el canal estatal Kan confirmaron la existencia de negociaciones y de una propuesta concreta, citando fuentes diplomáticas.
Sama informó de que el alto al fuego se acordó tras el anuncio por parte de Israel de que aumentaría la violencia de sus ataques aéreos y de que no descarta continuar con los asesinatos selectivos de líderes de Hamás y otras facciones palestinas.
Hamás habría exigido que para esta nueva tregua se implementen los términos establecidos en el pacto similar acordado tras la última ola de violencia a fines de marzo, incluyendo la mejora de las condiciones en la franja, la expansión del área de pesca en las costas del enclave y la autorización por parte de Israel de la entrada mensual de dinero enviado por Catar y de distintos bienes y ayuda humanitaria.
Desde la mañana del sábado las milicias palestinas en Gaza lanzaron más de 600 cohetes contra Israel, a los que este respondió con más de 320 ataques a posiciones militares, convirtiéndose así en la escalada de violencia más importante desde la guerra de 2014.
Hasta el momento se han registrado 23 muertes palestinas, de las cuales al menos 12 eran milicianos e incluyendo a dos mujeres embarazadas, una bebé y un menor, y de cuatro israelíes, todos ellos civiles.
Un portavoz del ejército israelí anunció esta tarde el despliegue de dos unidades de infantería en la frontera con Gaza y afirmó que tienen instrucciones de prepararse para un conflicto de varios días y que, aunque la intención no fuera necesariamente ir a la guerra, están preparados para una ofensiva terrestre.