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Seúl subraya la necesidad de reabrir líneas telefónicas con Pyongyang

Lee advirtió no obstante de que aún no se han decididos pasos concretos para reactivar estas dos líneas telefónicas

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  • Desfile en Corea -

Corea del Sur pidió hoy la reapertura de dos líneas de comunicación telefónica con el Norte, inactivas desde febrero de 2016 por el empeoramiento de relaciones, en correspondencia con los planes del nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, para mejorar el clima en la península.

"El Gobierno mantiene la postura de que los canales de diálogo intercoreano deben ser reabiertos y el Ministerio está estudiando maneras de restaurarlos", explicó en rueda de prensa el portavoz de la cartera surcoreana de Unificación, Lee Duk-haeng.

Lee advirtió no obstante de que aún no se han decididos pasos concretos para reactivar estas dos líneas telefónicas, diseñadas para apaciguar los ánimos en momentos de tensión militar.


El 11 de febrero del año pasado Pyongyang ordenó cortar las líneas después de que Seúl clausurara el polígono industrial conjunto de Kaesong como castigo por una reciente prueba nuclear y el lanzamiento de un cohete espacial (que la comunidad internacional considera un ensayo de misiles encubierto) por parte del régimen.

Una de las líneas es utilizada por los ejércitos de los dos países mientras que la otra comunica a las tropas norcoreanas con el mando de Naciones Unidas apostado en la aldea de la tregua de Panmunjom, en la frontera intercoreana.

Técnicamente ninguna de las dos ha sido cortada, pero Corea del Norte lleva desde aquel día sin responder a las llamadas diarias que se realizan del otro lado del teléfono.

Desde antes de su llegada al poder el liberal Moon había prometido una mejora de los lazos con Corea del Norte tras diez años de pésimas relaciones entre el régimen Juché y los Gobiernos conservadores de Seúl.

El nombramiento de Moon, que accedió al cargo hace una semana, coincide con una etapa de especial tensión en la península debido a las insistentes pruebas de armas de Pyongyang y a la retórica endurecida de la Administración Trump en Washington.

De hecho, Pyongyang volvió a lanzar un misil balístico el domingo, el primero desde la llegada de Moon, algo que según Seúl empeora cualquier perspectiva de diálogo.

El régimen norcoreano rechazó hoy en un comunicado la posterior condena de la ONU y defendió que el misil garantiza su autodefensa y por ello "la paz y seguridad" en la región.

En este sentido, el portavoz de Unificación instó hoy al Norte "a atender a la llamada de atención (de la comunidad internacional)" y a tener claro que las pruebas de armamento no facilitarán ningún acercamiento.

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