La operadora de la planta nuclear de Fukushima ha estimado un nivel extremadamente alto de radiactividad dentro de su reactor 2 a partir de un análisis efectuado por un robot, confirmó hoy a EFE una portavoz de la compañía.
Este hecho dificultará el proceso de desmantelamiento de sus instalaciones, según Tokyo Electric Power Company (TEPCO).
La operadora calcula que se registran unos 530 sieverts de radiactividad por hora dentro de la vasija de contención del reactor y justo debajo del núcleo del mismo, un nivel que sería mortífero para un humano.
La compañía eléctrica realizó esta estimación con base en el análisis de las imágenes obtenidas por un robot, el primero que logra introducirse en el interior del reactor número 2, explicó la portavoz.
Una dosis de un solo sievert al día puede causar daños graves en la salud humana y hasta la muerte, por lo que los niveles estimados en ese punto del interior de las instalaciones nucleares imposibilitan el acceso de operarios humanos e incluso dañarían aparatos electrónicos.
Los reactores 1, 2 y 3 sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre que originó el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, y conocer el estado exacto de las barras de combustible radiactivo es fundamental para su manejo y retirada.
En el caso de la unidad 2, los técnicos de TEPCO creen que el combustible se fundió lo suficiente como para perforar la vasija de presión y acumularse en el fondo de la de contención.
Se sospecha que los residuos, una mezcla de combustible fundido y partes de la capa protectora del núcleo que sufrió una fusión parcial cuando el sistema de refrigeración de las instalaciones falló a raíz del terremoto y tsunami de 2011, pueden ser el origen de los niveles extremos de radiación dentro de la vasija.
TEPCO precisó, no obstante, que no se han detectado nuevas fugas de radiactividad fuera del reactor ni confirmado la presencia de combustible fundido en el fondo de la vasija de contención.
Los nuevos datos llegan pocos días después de que TEPCO informara de que el vídeo captado por el robot mostraba una sustancia oscura debajo de una plataforma metálica que se encuentra bajo la vasija de presión, y que podría proceder de las barras de combustible nuclear.
La compañía tiene previsto realizar más análisis e introducir otro robot para continuar con la evaluación del lugar próximamente.
Los altos niveles de radiación estimados suponen una nueva dificultad para la retirada de las barras de combustible del reactor, uno de los pasos necesarios para su desmantelamiento, que se calcula que durará entre 30 y 40 años, dado que dichas cantidades imposibilitan la entrada de personal al recinto.
La crisis atómica de Fukushima, desencadenada por el terremoto y posterior tsunami que azotaron el nordeste del archipiélago japonés, ha sido el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en 1986.