El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó hoy que firmará una orden ejecutiva para involucrar al Ejército del país en la controvertida "guerra contra las drogas" que ha causado más de 7.000 muertos en siete meses.
El mandatario lo anunció en un discurso en su ciudad natal de Davao, en el que confirmó que de momento la Policía no llevará a cabo más operaciones relacionadas con esta campaña.
"Estoy implicando a las Fuerzas Armadas de Filipinas y elevando el problema de las drogas como una amenaza a la seguridad nacional, por lo que instaré a las Fuerzas Armadas a prestar apoyo", expresó Duterte en su discurso, transmitido en directo por medios locales.
El presidente filipino, que no ofreció detalles concretos sobre el modo en el que las tropas se sumará a su campaña antidroga, también amenazó con más muertes de narcotraficantes y drogadictos, a quienes llamó "hijos de perra".
La campaña contra las drogas de Duterte comenzó el día de su investidura, el 30 de junio de 2016, y en la mayoría de los casos los fallecidos fueron ejecutados de manera extrajudicial.
El anuncio del mandatario filipino se produce después de que el lunes suspendiera temporalmente la "guerra contra las drogas" tras el asesinato de un empresario surcoreano que, según activistas de defensa de derechos humanos, evidenció prácticas corruptas en las fuerzas de seguridad.
Duterte prometió enfocarse a corto plazo en "limpiar" de corrupción la Policía Nacional y una vez concluida esta tarea reanudar la campaña y mantenerla hasta el final de su mandato, que concluye en el año 2022.
La organización Amnistía Internacional (AI) presentó el miércoles un informe en al que acusa al Gobierno de Duterte de cometer "crímenes contra la humanidad" en el marco de la lucha contra las drogas, al asegurar que esta encubre asesinatos a sueldo, falseo de atestados y robos perpetrados por policías.