El premio Nobel de la Paz 2005, Mohamed El Baradei, considera que el aumento del terrorismo islamista se debe a que muchos musulmanes se sienten tratados "como basura" por Occidente y que aquellos que viven en países occidentales están "mal integrados".
En una entrevista que publica el diario austríaco Die Presse, el diplomático egipcio asegura: "No es excusa para lo que pasó en París, es horrible, pero los yihadistas son fáciles de reclutar en este ambiente".
El Baradei se refiere al sentimiento de humillación de los musulmanes en países como Afganistán, Siria, Libia y Palestina como raíz de la radicalización.
"Tenemos que entender por qué estas personas no son el Dalai Lama sino terroristas suicidas", señala El Baradei, quien tiene su residencia en Viena.
El Baradei estima que Occidente es "disfuncional" y "miope", y pone como caso la prioridad dada en los medios al ataque contra la revista satírica "Charlie Hebdo" el día 7 de enero en París respecto al silencio acerca de la masacre de cientos de nigerianos a manos del grupo terrorista Boko Haram hacia esa fecha.
"¿Cuánto se ha informado sobre este suceso?, se pregunta el exdirector general del Organismo Internacional de Energía Atómica, la agencia nuclear de la ONU, con sede en Viena.
Por otra parte, El Baradei señala indirectamente a Estados Unidos como raíz de los problemas de Afganistán.
"Ahora todos dicen: Oh Dios, tenemos al "Estado Islámico" (EI). Pero, ¿quién creó el EI?. ¿Quién abrió la puerta de la religión en la política?. Miren Afganistán. ¿Quién apoyó a los muyahidines contra los rusos?", comenta.
"Se puede cambiar mucho si la gente de Afganistán y en la India tuviera la sensación de que nos preocupamos por ellos. Si solucionamos algunos de sus problemas y no apoyamos a regímenes represivos. De lo contrario, estas bombas sociales y políticas estallarán en nuestras caras", advierte el egipcio.
Tras su paso por la agencia nuclear de Naciones Unidos, que dirigió durante 12 años hasta finales de 2009, El Baradei intentó participar en la democratización de Egipto.
Durante un mes, en verano de 2013, fue vicepresidente de Egipto pero renunció ante la fuerte represión contra los seguidores del entonces depuesto presidente islamista Mohamed Mursi.