En rueda de prensa, Álvarez-Cascos ha asegurado que esta "aventura" debe ser "cosa del conjunto de los ciudadanos" y, en particular, de los "miles" de ciudadanos que le impulsaron en los últimos meses a encabezar la lista del PP, posibilidad descartada el pasado jueves por la dirección nacional del partido.
Además, ha reiterado que "por dignidad personal" había renunciado a su militancia en el partido del que ha formado parte durante 34 años y ha subrayado que el líder de esta formación, Mariano Rajoy, ha actuado más "en función de sus intereses personales" que de los de Asturias, que "le importa un comino" a la dirección del PP.
Aclamado por varias decenas de simpatizantes, pero sin la presencia de ninguno de los dirigentes del PP asturiano que le respaldaron en los últimos meses, el ex ministro de Fomento ha asegurado no haber consultado "con nadie" más que consigo mismo y su entorno familiar su decisión de abandonar el PP.
En este sentido, ha incidido en que en las dos reuniones que mantuvo con Rajoy desde que el pasado verano trasladó a la dirección nacional su disponibilidad a ser el candidato en Asturias, el presidente del PP le trasladó su convencimiento de que él debía ser el cabeza de lista de los populares en las próximas autonómicas.
Hasta ahora, ha indicado, se había situado "al rebufo de una marea" y se vio "arrastrado por las personas que iban tirando del carro" para que él encabezar la candidatura autonómica del PP y que ahora, una vez que se ha situado fuera de esta formación, su disponibilidad sigue siendo la misma y el respaldo de este colectivo determinará los próximos acontecimientos.
Para Álvarez-Cascos, los más de siete mil militantes del PP asturiano que le respaldaron con sus firmas han sido "menospreciados" y la dirección nacional se ha limitado a hacer "oídos sordos" a las estimaciones de las encuestas más "solventes" que le otorgaban un amplio respaldo electoral al frente del PP.
"Han tomado esta decisión sin oír a sus compañeros y sin pisar Asturias ni una sola vez", ha subrayado el ex dirigente popular que ha lamentado de nuevo la "campaña de acoso y derribo" a la que se ha visto sometido y los insultos que se le han dirigido sin que el Comité de Derechos y Garantías diese ni siquiera acuse de recibo a las cuatro reclamaciones que presentó en los últimos meses.
Álvarez-Cascos, que ha admitido que recientemente se empadronó en la localidad de Luarca, de la que es originaria su familia, ha considerado que en los 35 años de historia del PP "no hay un caso como éste" en el que los impulsores de esa campaña de insultos y descrédito hayan sido "premiados" por la dirección nacional.
En este sentido, ha apuntado que, aún en el caso de que el Comité Electoral le hubiese designado como candidato, no habría aceptado de no haberse producido previamente una toma de postura respecto a sus denuncias por parte del Comité de Derechos y Garantías, "un órgano clave" que ha sido "bloqueado" por la dirección del PP.
El ex ministro ha recordado además la postura de Adolfo Suárez al dimitir como presidente del Gobierno en 1981 para asegurar que dispone de la "fuerza moral" para reclamar que en el futuro no se recurra a "la descalificación global, a la visceralidad o al ataque personal".