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El Pontífice y Rubalcaba comparten su preocupación por los efectos de la crisis

El papa Benedicto XVI y el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, han hablado hoy sobre la preocupación, compartida por el Pontífice y el Gobierno de España, por los efectos de la crisis, en especial sobre los sectores sociales más desfavorecidos.

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El papa Benedicto XVI y el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, han hablado hoy sobre la preocupación, compartida por el Pontífice y el Gobierno de España, por los efectos de la crisis, en especial sobre los sectores sociales más desfavorecidos.

Benedicto XVI ha recibido a Rubalcaba en el aeropuerto compostelano de Lavacolla inmediatamente después de mantener una audiencia privada con los príncipes de Asturias y antes de hacer lo propio con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Fuentes de la vicepresidencia explicaron a Efe que durante el encuentro, que se ha desarrollado en un ambiente cordial y al que ha asistido también el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, Rubalcaba ha reiterado al Papa la "total colaboración" de España en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Madrid en agosto de 2011 y que contará con la presencia del Pontífice.

Rubalcaba ha dado la bienvenida al Pontífice en nombre del Gobierno y le ha deseado una feliz estancia en España.

El vicepresidente ha obsequiado al Papa con un facsímil de "El libro de las horas", uno de los códices más importantes que se guardan en la Biblioteca Nacional.

La obra, ricamente ilustrada en 320 de sus 333 páginas, perteneció a Carlos V, quien seguramente lo recibió como un regalo en su juventud.

El códice, que contiene más de 700 miniaturas historiadas, muchas de ellas realizadas con oro mate y plata, perteneció a los Austrias hasta que Felipe III lo regaló al cardenal Francisco Joyeuse.

En el siglo XVIII perteneció al cardenal Zelada, que donó su biblioteca a la catedral de Toledo, de donde pasó a la Biblioteca Nacional en 1869.

Por su parte, Benedicto XVI obsequió al vicepresidente primero con una medalla creada con motivo de este segundo viaje a España.

En su anverso, la medalla muestra la efigie del Papa junto con la inscripción "Pont Max" y en el reverso las imágenes de la catedral de Santiago de Compostela y de la Sagrada Familia en Barcelona.

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