El Unicaja de Málaga despertó del sueño copero de golpe este domingo ante el Real Madrid por 68 a 95 en la gran final de la Copa del Rey, que se disputó desde el jueves en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena.
Los cinco jugadores elegidos de Luis Casimiro para disputar el título fueron Deon Thompson, Jaime Fernández, Axel Toupane, Josh Adams y Volodymir Gerun. Ante ellos, Facundo Campazzo, Anthony Randolph, Gabriel Deck, Jaycee Carroll y Walter Tavares.
El 'infierno verde' dejó claro que iba a ser el sexto jugador cajista y el salto inicial se lo llevó el Unicaja, fue lo único que logró en un partido aciago. Pronto Carroll, de tres, estrenó el luminoso de la final, junto a una buena continuación de Tavares que puso un parcial de 0-5.
Los cajistas sumaron por medio de una buena combinación entre Fernández y Gerun e intentaban ganar la lucha por el rebote. De nuevo, en contraataque, Toupane machacó pero la respuesta del Madrid fue un triple de Campazzo y una entrada de Carroll, muy acertado.
Los blancos seguían sacando petróleo desde la línea de 6,75 y empezaron a despegar en el marcador ante la incapacidad de anotar de los cajistas, donde sumaron Darío Brizuela y Rubén Gerrero para cerrar el primer periodo con una desventaja clara, 13 a 26.
Dos triples consecutivos de Rudy Fernández abrieron el segundo cuarto. Golpe duro para Unicaja que se apagó sobre el parqué y un tiro libre de Guerrero fue la primera aportación ofensiva local, a la que se unió Adam Waczynski.
El Madrid seguía produciendo por medio de Trey Thompkins y los malagueños se agarraron al talento de Brizuela que provocó el tiempo muerto de Laso (23-35, minuto 16). El '8' cajista puso en pie a la afición con un nuevo 2+1 y redujo la barrera psicológica de los diez puntos.
Pero la falta de acierto desde la periferia era una losa demasiado pesada para los de Casimiro, que ante el acierto visitante, se fueron al descanso, 28-43.
Un salto imposible de Adams inauguró el tercer cuarto y su casillero particular. Deck y Carroll respondieron para el Madrid en unos minutos que presagiaron la misma dinámica de la primera parte, donde Unicaja solo había anotado uno de diez en triples.
Thompson, mediado el periodo, sumó cuatro puntos más para su equipo, que sufrió un atasco ofensivo preocupante ante un sólido Real Madrid, al que no le temblaba el pulso a ninguno de sus jugadores, entrando prácticamente todos en la anotación (36-56, minuto 26).
Los tambores de la afición cajista intentaron dar aliento a un Unicaja que no encontraba huecos ni espacios. Aunque Alberto Díaz puso la directa hacia el aro rival para aportar sus dos primeros puntos, el esfuerzo malagueño para sumar puntos era contrarrestaba por la facilidad madridista para producirlos, desde cualquier posición del campo.
Una canasta de Adams precedió la ovación del Carpena a Carroll por su brillante actuación -máximo anotador del Madrid con 20 puntos-. Los últimos diez minutos comenzaron con el 42-68 en el luminoso.
El partido ya solo servía para dar minutos a jugadores fuera de forma como Frank Elegar, que volvió a pisar el parqué. Carlos Suárez aportó sus primeros puntos en la recta final. Dura recta final para un conjunto malagueño que veía impotente como la máquina de Pablo Laso les sacaba los colores con Tavares paseándose por la zona cajista como si fuera su casa.
A falta de tres minutos la diferente entre ambos llegaba a los 30 puntos (57-87) y Causeur, desde la línea de 4,60, aumentó la sangrante brecha para la autoestima de un anfitrión que no pudo con la maldición y que tampoco jugó a nada. El rey de copas siguió aumentando su reinado con un marcador de 68-95.
