Pues claro que deben pedirte el certificado Covid cuando entras a desayunar al bar de cada día. Faltaría más. No sientas que limitan tu libertad o que invaden un terreno íntimo porque caerás en el absurdo error, tan extendido por ejemplo por los fumadores más radicales, de quienes sostienen que tu libertad es simplemente hacer lo que te viene en gana. No, la libertad no es eso. Es muy sencillo explicar lo que está ocurriendo y los motivos que llevan a las autoridades a tomar este tipo de decisiones. Vivimos una pandemia, un problema de salud general tan grave como desconocido -aquí también ven fantasmas los llamados negacionistas- y se trata de adoptar medidas y tomar decisiones encaminadas a frenar los contagios entre la población. No se fuma, por ejemplo en un lugar de convivencia, por una cuestión sanitaria. Y, aquí sí, por respetar la libertad. Y es que tú eres libre de fumar si quieres autolesionarte pero no puedes -lógicamente- obligarme a tragarme el humo de tus cigarrillos porque entonces pisoteas mi libertad. Es por eso, precisamente, que se trata de respeto y convivencia. Quien sostiene que cuando le piden el certificado Covid están atentando contra su libertad no lleva razón, no sabe lo que dice, no es justo con la realidad. Tú no puedes ser libre de atentar contra mi salud.
De otro lado, hay que sacudir de una vez por todas la esterilla de porquería mental que lleva a tantas personas a ver terribles maniobras de seres maquiavélicos que mueven unos hilos invisibles para manipular a la humanidad. De verdad, tratemos a estas personas con el respeto que merecen pero hagámosles ver que es importante prepararse bien antes de consumir en exceso películas de ciencia ficción. Cuando los sanitarios nos han vacunado no entró ningún chip geolocalizador en nuestro torrente sanguíneo. No, en serio. Tampoco inocularon un veneno que nos matará lentamente para hacer una limpieza de seres humanos. Por favor, es urgente que tomemos en serio la obligación de vacunarnos de manera masiva y hacer caso a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y, en fin, a las autoridades sanitarias en general.
Para ser libres de verdad necesitamos estar sanos. Para estar sanos hay que dejar que los profesionales de la salud velen por ella. Es por eso que debemos tomarnos las normas como lo que son, reglas de un juego común en el que todos tenemos la meta de vencer a esta terrible pandemia. Demasiada gente ha muerto para que sigamos viendo fantasmas de otros tiempos, películas de terror o recorte infundado de libertades. ¿Te molesta que te pidan el certificado Covid durante estos días cuando entras al bar? Entonces no es que atenten contra tu libertad, es que te la coges con papel de fumar. Y fumar aquí dentro, por fortuna, está prohibido.
