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Jerez

Una pasión que no entiende de kilómetros

Chiristian Guerrero, un xerecista que el pasado domingo se cruzó el país solo para ir a Chapín a ver a su equipo

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  • Christian Guerrero, el pasado domingo en Chapín.

Más de 1.000 kilómetros separan Jerez de Barcelona, ciudad donde reside Christian Guerrero, que tuvo que irse a la ciudad condal por cuestiones de trabajo. Christian es jerezano y xerecista y el pasado fin de semana fue protagonista en redes sociales tras anunciar que iba a cruzarse toda España solo por ver a su equipo debutar en Segunda RFEF.

Este jerezano comenta que “ha sido una experiencia súper bonita porque desde que publiqué en Twitter que iba a realizar esta pequeña locura no he parado de recibir cariño y reconocimiento por parte de muchos socios del Xerez. El viaje fue rápido porque fue directamente a Jerez. Los días previos estaba muy nervioso, era un partido muy importante frente a un rival histórico y tanto en el aeropuerto como en el trayecto tenía la sensación de que iba a vivir uno de los grandes partidos de competición europea que por desgracia nunca hemos podido vivir en Jerez”

“Incluso antes de que hubiera calendario oficial en cuanto vi que el Córdoba iba a estar en nuestro grupo ya me dije que no me lo iba a perder”, destaca. “Lo que no sabía es que iba a caer en la primera jornada. Es cierto que lo vi un poco locura, sobre todo para el bolsillo, y pensé en no ir. Pero la semana antes del partido y pusieron el cartel con el horario y las redes se empezaron a calentar no me pude resistir y pillé el primer vuelo que encontré”

Desde que se fue a la ciudad condal vive la pasión por su equipo desde la distancia. Una pasión que va mucho más allá del propio fútbol: “En este último año en el que mi pareja y yo nos hemos encontrado tan lejos de Jerez y de nuestra familia y trabajando muchísimo el Xerez DFC ha sido mi refugio. Gracias al Xerez he conseguido evadirme del trabajo y de estar tanto tiempo sin ver a mis seres queridos, a mis amigos y a mi familia. Cuando jugaba el Xerez todo ese agobio se me pasaba y vivía el partido con toda la ilusión del mundo. Y si sacábamos los tres puntos la semana era mucho más amena, esperando al siguiente fin de semana para volver a ver al equipo. El Xerez DFC es parte fundamental de mi vida, siento que pertenezco al club y el club me pertenece a mí. Creo que todos los socios tenemos ese sentimiento y estamos súper orgullosos de ello. Pienso que pocos aficionados de otros clubes pueden decir o sentir lo mismo”.

Se volvió “jodido” por el resultado, aunque satisfecho por la experiencia y ya “desde el martes estaba pensando en el partido contra el Cacereño, que lo veremos por la tele, que no me queda más remedio”.

Además, aprovechaba para “mandar un saludo y mi reconocimiento a todos esos socios que como yo cometen pequeñas locuras como estas y se esfuerzan muchísimo por el cub y lo hacen desde la sombra y eso los engrandece muchísimo y que al lado de ellos y no he hecho nada. Esto ha sido solo un viaje”.

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