Los vecinos del bloque número 2 de la Avenida de la Soleá están que trinan. Se han quedado sin el árbol de Navidad de dos metros de altura que montaron en el puente de la Inmaculada como vienen haciendo estos últimos años después de que en la tarde del pasado jueves éste desapareciera de buenas a primeras.
Como han denunciado a este periódico, nadie escuchó ruido alguno ni movimiento que le hiciera sospechar de la faena que le estaban haciendo, pero lo cierto es que a las nueve de la noche el interior del portal se había quedado sin el abeto que compraron hace tres años. Lo habían decorado con guirnaldas y con su correspondiente instalación de luces, y los cacos se lo han llevado todo.
Lo que más les indigna no es tanto el valor económico -que también lo tiene- sino que no es la primera vez que viven algo similar en el bloque. “Ya hemos tenido diversos robos antes: otro año se llegaron a llevar el reproductor musical que teníamos para que sonaran los villancicos y este año cogen y se llevan el árbol en plena tarde y por las buenas; es una cosa insólita, no sabemos qué ganan con eso”, se quejaba ayer uno de los vecinos de este edificio de 52 viviendas, que no entienden por qué la han tomado con ellos.