El Marco de Jerez está ya a punto de echar el cierre a la vendimia, y lo hará con un incremento de la producción que será finalmente superior al 20 por ciento con respecto a la campaña anterior.
Los últimos datos facilitados por el Consejo Regulador –que recogen las entregas registradas hasta este pasado jueves 29- elevan a 60,9 millones los kilos de uva molturados, muy por encima de los 50 millones con los que se cerró la campaña anterior e incluso de las previsiones que se hicieron hace apenas un mes, cuando se estimaba que el incremento de la cosecha rondaría “el 10 ó el 15 por ciento”.
La suavidad de las temperaturas registradas en estas últimas semanas ha sido una de las claves que ha permitido esa mejora de la previsión inicial, dado que la uva no ha perdido peso con el exceso de calor. Claro que esa cuestión es precisamente la que justifica igualmente una graduación inferior a la de años anteriores, de 11,12 grados baumé.
Esta última circunstancia va a incrementar los costes de producción para las bodegas, que deberán añadir más alcohol a la cosecha para alcanzar los 15 grados que se requieren para la elaboración del vino fino.
Francisco Guerrero, de Asevi-Asaja, entiende que estamos ante una campaña entre “mediana y buena”, a la que han favorecido las lluvias de la pasada primavera y también la suavidad de las temperaturas nocturnas de verano, con predominio de los vientos de poniente sobre los de levante. Todo ello ha permitido “un buen cuajado de los racimos”.
La campaña se encuentra ahora a expensas de que en algunos pagos finalice el soleo de las uvas dedicadas a la elaboración de Pedro Ximénez y Moscatel. También se sigue recogiendo para variedades de vinos tintos y otros de características similares, aunque en cantidades poco importantes.
Los 17 lagares del término municipal de Jerez han aportado a la cosecha algo más de 39 millones de kilos de uva, con una graduación media de 11,22. En Sanlúcar de Barrameda han funcionado cuatro lagares, habiéndose molturado 8,9 millones de kilos; mientras que en Trebujena lo han hecho otros dos, con una producción de 7,8 millones de kilos. Por detrás se encuentra Chipiona, con tres lagares y 3,8 millones de kilos recogidos.
La campaña comenzó a primeros de agosto, con la elaboración de los pies de cuba y la molturación de la uva procedente de las viñas del interior, si bien no se generalizó hasta la segunda semana del mes.
Tras cuatro campañas consecutivas marcadas por la sequía, la mayor pluviosidad registrada en esta campaña ha sidor un factor determinante en el aumento de las producciones.
Aún sin llegar a alcanzar la media histórica de la zona -situada en los 600 litros- desde el propio Consejo se admitió que a lo largo del presente año agrícola “ha llovido bastante y, sobre todo, que ha llovido bien”.
Las cantidades recogidas se situaron en una horquilla entre los 480 y los 550 litros por metro cuadrado, con un otoño y un invierno menos lluviosos de lo habitual, pero con una primavera en la que -entre finales de marzo y principios de abril- cayeron casi 200 litros de media.
Estas aguas de primavera -unida a la capacidad retentiva de la humedad de las tierras albarizas- tuvieron un efecto muy positivo sobre las cepas, que posteriormente se han beneficiado de un verano relativamente suave, lo que ha permitido una maduración óptima del fruto.