El último gran objetivo cumplido de las escuelas de baile de Jerez se ha saldado este fin de semana con la participación de éstas en la Pasarela Flamenca Tío Pepe que se ha celebrado en las bodegas del popular vino fino. Durante cuatro días, los alumnos y alumnas de las distintas academias han pasado por este enclave dejando cada una de ellas el mejor sabor a futuro para el disfrute de cientos de visitantes que han podido presenciar en directo cómo se baila en Jerez.
La participación ha estado definida en dos bloques, flashmob y actuaciones, siendo el primero de ellos más celebrado por la cercanía que aporta la fiesta a ras de suelo. Desde el jueves, las maestras han llevado hasta la calle Ciegos de la bodega sus mejores talentos en forma de movimientos estudiados y trabajados, por bulerías, estableciendo un paisaje de luz, alegría y color.
Con este tipo de actividades, se materializan los conocimientos adquiridos en la sala de aprendizaje durante el curso, o lo que es lo mismo, ponen en práctica lo que tanto estudian y trabajan para poder bailar, bien en una fiesta o bien en un escenario. Para algunos, son pasos que se dan para llegar al ansiado estrellato.
El papel de María José Franco es fundamental para que el movimiento siga teniendo inercia, tanto como presidenta de la asociación de escuelas, tanto como amiga, compañera y apoyo de quienes no pertenecen a dicho organismo. Se muestra “feliz”por lo ocurrido en la Pasarela y asegura que “se ha avanzado muchísimo”. Cierto es que cuando la bailaora, de orígenes gaditanos, afincada en Jerez desde hace años y Premio del Público del pasado Festival de Jerez, comenzó a moverse en el deseo de promocionar las academias locales se encontró un camino árido, inexplorado y desconocido. Cada escuela tenía su propia vida, eran independientes frente a las otras.
Ella quiso que hubiera más comunicación y que se formalizara una situación con idea de fortalecer intenciones ante cualquier institución pública. Lo está consiguiente junto a otras célebres maestras como Chiqui de Jerez, María del Mar Moreno, María José Jaén, Tatiana Ruiz, Patricia Ibáñez o Vicky del Centro de Baile Jerez. Luego, hay maestras que funcionan de otra manera por su vinculación a otras asociaciones como vecinales o peñas flamencas, caso de Fany Muñoz o Carmen Herrera. “Lo importante es que las escuelas tengamos los mismos objetivos aunque tengamos distintas características”, dice.
María José es positiva y cree que lo mejor está por llegar pero no niega una realidad: “por las instituciones flamencas andaluzas estamos olvidadas. Las escuelas de baile deberíamos tener más presencia en las instituciones flamencas, en la Ley del Flamenco, en el Instituto Andaluz del Flamenco…”.
En Jerez, concretamente porque aquí tienen su campo de acción, han participado ya en célebres acontecimientos como el Centenario de Lola Flores, la semana del Día del Flamenco, entre otras fechas señaladas, y todos con un claro éxito de público en las calles o plazas donde se han trasladado con sus cientos de alumnos. “Lo importante no es tanto saberse la coreografía cuando hacemos un flashmob, sino disfrutar, que aprendan a trabajar en equipo, a valorar a los compañeros, a que admiren este arte…”.
De igual modo, la bailaora y maestra defiende “la familiaridad que se vive en las clases, en cada academia, pues muchos niños se aceran a ti y te dicen te quiero, o lo medianos te cuentan algunos problemas del colegio, o los adolescentes te comentan aspectos más personales propios de la edad… es una gran recompensa verlos bailar y que luego en los escenarios, los que deciden a dar el paso, den lo mejor de sí después de un largo camino”, expresa la bailaora.
