El profesor del Departamento de Filología Española de la Universidad de Jaén Rafael Alarcón Sierra edita y estudia en ‘Las crónicas de Oselito en Frente Sur, Frente Extremeño y Frente Rojo’ las crónicas publicadas por Andrés Martínez de León, protagonizadas por Oselito, en Jaén, Castuera y Valencia durante la Guerra Civil, que nunca antes se habían reunido en libro. La obra ha sido publicada por Guillermo Escolar Editor. El andaluz Andrés Martínez de León (1895-1978), “periodista del dibujo” y padre de “Oselito”, pintor y escritor, fue durante medio siglo uno de los cronistas gráficos más importantes de su tiempo. Gran aficionado a la lidia y al fútbol, a los que dedicó miles de viñetas y artículos, ilustró numerosos libros y escribió varios: entre ellos, un curioso diario de viaje, lleno de humor, a la URSS. También ayudó activamente a la Segunda República Española, con su lápiz y su pluma, en los años de la Guerra Civil. Pese a la gran actividad que desplegó en la prensa, y a su amistad con Blas Infante, Manuel Chaves Nogales, Pedro Garfias, José Herrera Petere o Miguel Hernández, entre otros escritores e intelectuales de su tiempo, en la actualidad sigue siendo un gran desconocido para la mayoría del público. “Buena parte de sus mejores textos y dibujos siguen enterrados en publicaciones periódicas: algunos tan importantes como los que se editan y analizan en este volumen”, explica el profesor Rafael Alarcón Sierra.
El estudio sobre el autor entrelaza su vida y su obra desde el inicio hasta el final de sus días, aunque se detiene especialmente en el período de la Guerra Civil española, analizando sus libros, artículos, dibujos y carteles. Aporta datos desconocidos sobre su relación con Miguel Hernández en el frente de Jaén y Extremadura y en la prisión de Conde de Toreno, en Madrid, así como información sobre poemas y dibujos que se intercambiaron entre ellos. También incluye documentación gráfica poco conocida. Oselito escribe sus crónicas con humor e inteligencia; en primera persona, relata su llegada a Jaén y a Castuera, su contraste con Madrid, un mitin jienense donde interviene Pasionaria, un acto donde Miguel Hernández recita ‘Aceituneros’ (“Er poeta resitaba de pie, impasible, sin gesto, pero sus ojos redondo y asules como bolillas de gaseosa, se fijaba insistentemente en mí desde el pan moreno de su cara”).