La salida en procesión de Nuestra Señora de la Capilla en la tarde de ayer desde la Basílica Menor de San Ildefonso cerró las fiestas en honor a la Patrona de la ciudad, tras un fin de semana de celebraciones que han sumado la participación ciudadana.
Jaén se echó ayer a la calle para acompañar en procesión a la Virgen, vestida con su manto de color rosa, que no sacaba desde hace seis años. Acompañada musicalmente por la Banda Municipal de Música, la Virgen salió del templo a las 20:25 horas, girando hacia la calle Ancha al son de la marcha ‘Macarena’. Desde entonces recorrió el itinerario acompañada por su Junta de Gobierno, de la que es hermano mayor José Humberto Montero; y representantes de otras hermandades de Pasión y Gloria de la capital jienense, además de la Agrupación de Cofradías, mujeres vestidas de mantilla y el alcalde y los ediles del Cabildo Municipal.
Portada por más de 80 horquilleros, la Virgen procesionó bajo las órdenes del fabricano Jesús Llopís, y lució, como estreno, los terminales de las andas.
El respaldo social de Jaén a las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Capilla tuvo una de las mayores manifestaciones durante la celebración de la Misa Votiva de los Cabildos Catedralicio y Municipal, que llenó el aforo de la Basílica Menor, donde se habilitaron en torno a 500 sillas más, que fueron finalmente ocupadas.
La celebración, oficiada por el obispo de la Diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo, y concelebrada por numerosos sacerdotes de Jaén, fue una de las mayores manifestaciones de fe y devoción a la Patrona.
Una de las tradiciones más populares se ejemplificó con la presencia de jienenses en la ofrenda de flores a la Patrona. Organizada conjuntamente por la Asociación Provincial de Coros y Danzas ‘Lola Torres’ y la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora de la Capilla, sumó la presencia de varios centenares de ciudadanos.
La ofrenda floral se llenó de color con los centenares de ramos entregados y con los trajes más tradicionales, vestidos por miembros de ‘Lola Torres’, que lucieron como pastiras y chirris. Pero también se lucieron trajes de flamencas, vestidos por las féminas jienenses, que en grupos de amigas o en familia, acudieron a ofrendar flores a la Patrona de la ciudad. “Las fiestas de la Virgen se han convertido en una manifestación de la fe, devoción y tradición que los jienenses profesan, siendo ejemplo de ello la ofrenda floral a la Virgen”, valoró ayer el hermano mayor, José Humberto Montero.
En esta misma línea, el hermano mayor ha valorado las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Capilla como “una seña de identidad de Jaén, tanto desde el punto de vista religioso como desde la perspectiva social, popular y tradicional”.