El Juzgado de lo Penal 3 de Huelva ha condenado a un vecino de Huelva a seis años y medio de cárcel por maltratar habitualmente a su pareja psíquicamente, a la que denigró, humilló, insultó, controló y agredió e incluso llegó a quebrantar una orden de alejamiento impuesta tras una denunciar de la mujer.
El juez, por la actitud demostrada por el hombre entre octubre del 2013 a septiembre del 2014, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, lo considera responsable de un delito de violencia habitual, cuatro delitos de lesiones en el ámbito familiar y un delito de quebrantamiento de medida cautelar.
Además de la pena global de prisión por todos ellos, le prohíbe acercarse a menos de doscientos metros de la víctima y de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante once años y de privación del permiso de tenencia y porte de armas por ocho años y tres meses y le impone el pago de una indemnización de 1.094 euros.
Se considera probado que el acusado inició una relación sentimental con su pareja, de 18 años, a principios del año 2013 y a partir de octubre comenzó a presentar un comportamiento machista, de predominio de su condición masculina sobre ella a la que comenzó a dispensar un trato vejatorio, degradante y humillante.
Se mostraba posesivo y controlador con todo lo referente a su pareja, pretendió y logró separarla de sus amigas a las que calificaba de "guarras", y empezó a ejercer un marcado control de forma de vestir, peinarse o pintarse.
Llevaba a cabo el control de su móvil mirando sus conversaciones con terceras personas para saber qué contaba y a quién se lo decía en cada momento.
Tras los primeros ataques psíquicos y limitativos de la libertad personal, a raíz de compartir esta situación con un antiguo compañero sentimental, desde principios del 2014 comenzaron las agresiones físicas cada vez más frecuentes, si bien ella no denunció por temor a la reacción de su pareja, ni acudía al médico.
Se dieron hasta septiembre del 2014 cuatro episodios violentos, por lo que la joven decidió denunciarlo en mayo, por lo que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva acordó una orden de alejamiento, que el hombre no respetó.
Lejos de cambiar su comportamiento, el agresor continuó el control a pesar de que ella se quedó embarazada tal y como él quería; y a principios de agosto 2014 tuvo lugar otro episodio de agresión física que culminó con la denuncia definitiva en septiembre.