Pese a que algunos mensajes cargados de tintes electoralistas se empeñan en hacer creer a los ciudananos que la crisis ya va de paso, los datos reales se empeñan en demostrar lo contrario. Y es que las personas que siguen sin un techo en Huelva no van en descenso, más bien todo lo contrario, y el último censo realizado por Cáritas así lo demuestra, pasando de los 302 censados hace un año a los 320 que la organización tiene identificados a día de hoy por las calles de la capital onubense.
Cáritas Diocesana Huelva dio a conocer este dato este jueves en un acto celebrado en la plaza de las Monjas para conmemorar la Campaña de Personas Sin Hogar, que se lleva a cabo el próximo domingo.
Con el fin de simbolizar esta realidad que parece invisible, voluntarios del colectivo, además de alumnos y alumnas de los colegios onubenses Manuel Siurot, Maristas y Cardenal Spínola, se pusieron máscaras blancas en sus rostros, máscaras que escenifican la invisibilidad y el silencio de las personas que sufren la desgracia de no tener donde caerse muertas. Entre los mensajes que este acto quiso trasladar a la opinión pública, Cáritas expresó: “Que todas las personas tengan un hogar es un compromiso común”. Asimismo, este tipo de campañas parten del convencimiento de que el objetivo de nadie sin hogar “es posible”. En esta misma línea, esta acción quiere hacer visible que “vivir sin hogar es mucho más que estar sin techo” y que, más allá de las lecturas macroeconómicas sobre la supuesta vuelta a una tranquilidad económica, “nos encontramos en un estado de emergencia social y residencial”, así como “la exclusión aumenta y la fractura social se ensancha”.
Por ello, desde Cáritas se solicita a las administraciones públicas “políticas sociales comprometidas que pongan a las personas en el centro”, y animan a la ciudadanía “al incremento de la participación en organizaciones y movimientos sociales y ciudadanos para modificar un modelo social que favorece el sostenimiento de la exclusión social. Ser agentes movilizadores de esperanza y posibilidad, lo que también supone denunciar, exigir y reclamar los derechos de las personas en situación de mayor exclusión, las personas sin hogar”.