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Granada

Los criadores piden ayudas para hacer frente a la viruela caprina y ovina

Enfermedad que ha supuesto ya el sacrificio de unas 1.500 cabezas de ganado en el norte de la provincia de Granada

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  • Archivo - Cordero segureño, en imagen de archivo

La Asociación Nacional de Criadores de Ovino Segureño (Ancos) ha pedido a la Junta y al resto de administraciones públicas ayudas para desarrollar las medidas estipuladas para frenar la expansión de la Viruela Ovina y Caprina (VOC) que afecta a algunas explotaciones de Benamaurel y Cúllar, en el norte de la provincia de Granada, y que ha supuesto ya el sacrificio de unas 1.500 cabezas de ganado.

En declaraciones a Europa Press, el presidente de Ancos, José Antonio Puntas, ha explicado que desde el primer momento se ha trabajado con las administraciones para "apagar el fuego", con sus propios veterinarios, y "coordinar" los trabajos.

Así, desde la declaración del foco que está en el origen, en Benamaurel, el pasado 19 de septiembre, han visitado hasta entre 60 o 70 explotaciones del entorno en unos cinco días, y suspendieron el 49 Concurso Subasta Nacional de Huéscar por "precaución" y "coherencia".

Hasta esta semana, con la declaración de dos nuevos focos que son en realidad uno, en tanto afectan a explotaciones cuya gestión está conectada, la situación ha estado en cierto modo controlada en el perímetro de tres kilómetros de vigilancia extrema y de diez de seguridad, en los que en un principio se inmovilizaba el ganado.

Sin embargo, este nuevo foco, en Pulpite, en término municipal de Cúllar, está fuera de este perímetro, que habrá de extenderse, al igual que la consiguiente obligatoriedad de que los rebaños no salgan a pastar y "ser más estrictos".

Es una zona en la que hay más volumen de ganaderías y de ganado, y, en una reunión de la Asociación de Defensa Sanitaria Ganadera, se analizó el estado en que quedan con estas limitaciones algunos criadores con rebaños de 800 o 900 ovejas, que "es complicado", ha detallado Puntas, en un momento con las "materias primas muy caras" en que "no todo el mundo tiene la capacidad" para afrontar los gastos de la inmovilización del ganado.

Por ello, por un lado han pedido a las administraciones que en algunas ganaderías más aisladas se estudie que se puedan mover los ganados para pastar, y, de lo contrario, ayudas para el denominado "suplemento de alimentación", en tanto la situación se puede extender 30 días, atendiendo a la normativa, desde la declaración del último foco, sin que aparezcan otros nuevos, y "siendo realistas" entre 40 y 45 días tras las novedades de esta última semana.

En Ancos, para una carta al respecto que se ha preparado para la Delegación de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta en Granada, se ha cifrado en una media de 0,70 euros por oveja y día ese suplemento, pidiendo a la Administración autonómica, que "sea consciente del coste adicional de no pastorear", a la par que se agilicen las indemnizaciones por sacrificio pues "la improductividad también genera gastos".

A este respecto, y tras este último foco con dos explotaciones afectadas con un total de unas 220 cabezas, se ha llevado a cabo el sacrificio de unas 1.500 cabezas de ganado.

Aunque este momento es de "baja productividad", desde Ancos anticipan que también están en contacto con la Junta para, a medio plazo, pedir que les puedan apoyar en alguna campaña para incidir en el mensaje de que estos focos de VOC "en ningún caso afecta a la calidad de la carne" del cordero segureño, que tiene Indicación Geográfica Protegida.

Puntas ha explicado en este sentido que el periodo de Navidad supone alrededor del 40 por ciento del volumen de todo el año, a la par que ha recordado, también en el apartado de ayudas que piden a las administraciones, que el año que viene empieza un nuevo periodo de Política Agraria Común, y habrá ganaderos que, al haber tenido que sacrificar a su ganado, no van a llegar a tiempo, con lo que necesitarán apoyo, también en todo lo relacionado con la burocracia para acceder más adelante a los mecanismos europeos.

El Laboratorio Central de Veterinaria confirmaba el pasado 19 de septiembre el foco de esta enfermedad declarado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en una explotación ubicada en la localidad de Benamaurel, cuyo censo ascendía a 314 ovejas y once cabras.

El 27 de septiembre, confirmó un segundo foco en Cúllar, con censo de 170 ovejas de reproducción para la producción de carne y 20 cabras. Dos días después llegaba la confirmación de un tercer foco en la provincia, y en el conjunto de Andalucía, que afectaba a una explotación de Benamaurel con un censo de 352 animales (340 ovejas y 12 cabras).

El 30 de septiembre el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, cifró en unas 860 las cabezas de ganado que había que sacrificar, en un asunto del que señaló su alcance nacional en tanto se había detectado otro foco en Cuenca.

Fernández mostró el apoyo del Gobierno, en coordinación también con las autoridades europeas, en esta "situación tan difícil" para el sector y cuya gestión "en primer término" indicó corresponde a la Junta, con competencias, detalló, en detección, sacrificio, y prevención y distanciamiento de las distintas granjas que pueda haber de ovino o de caprino.

La sospecha se originó por la aparición de lesiones compatibles con la enfermedad en dos animales de la explotación en la que se ha localizado el origen de estos focos y los servicios veterinarios oficiales de la Junta procedieron, siguiendo el protocolo establecido, a la toma de muestras y a su pertinente envío al Laboratorio Central de Algete, según ha trasladado la Junta en un comunicado. Las muestras se han confirmado como positivas por PCR-RT y secuenciación al virus de VOC.

De forma inmediata, la Consejería ha adoptado las medidas de control contempladas en el Reglamento Delegado (UE) 2020/687 en lo referente a las normas relativas a la prevención y el control de determinadas enfermedades, que incluye el sacrificio de los animales, eliminación de los cadáveres en planta de trasformación, limpieza y desinfección oficial de la explotación, establecimiento de una zona de protección de tres kilómetros y una de vigilancia de diez kilómetros, con refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones.

También a la aplicación de medidas de restricción de movimiento de animales y productos, además de la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen del virus, aún bajo estudio, así como los posibles contactos de riesgo que se hayan podido dar, entre otras.

La VOC es una enfermedad de origen vírico que se encontraba erradicada en España desde el año 1968, hasta que el pasado 19 de septiembre se identificó un foco en el municipio granadino de Benamaurel.

Anteriormente se habían detectado casos esporádicos dentro de la UE, los últimos en Grecia y Bulgaria en el año 2014. Asimismo, permanece de forma endémica en África (incluidos los países del norte del continente, como Marruecos, Argelia y Túnez), así como en Oriente Medio y Asia.

Se trata de una enfermedad no zoonótica, que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales ni a través de productos de estos.

Desde la Consejería se ha resaltado la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de ovino y caprino, así como en el transporte animal.

Asimismo, ha señalado que resulta fundamental garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar la posible entrada de la VOC en otras explotaciones, de ahí la importancia de comunicar a los servicios veterinarios oficiales cualquier indicio de la enfermedad.

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