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Granada

El acusado de asesinar a expareja: "Como legionario mi mejor defensa fue luchar"

El acusado ha enmarcado lo ocurrido dentro la "relación tóxica" por la diferencia de edad que tenía con Ana María

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  • Audiencia Provincial de Granada. -

El joven de 26 años acusado de asesinar en febrero de 2020 a su expareja en Granada ha admitido ante el jurado que lo enjuicia desde este lunes en la Audiencia haber acabado de una cuchillada en el cuello con la vida de la víctima, aunque supuestamente después de que ella lo hubiera atacado primero.

El procesado, A. M. M., quien en el momento de los hechos estaba destinado como militar en Viator (Almería), se enfrenta a una petición fiscal por un delito de asesinato -con las circunstancias agravantes de parentesco y género- a 25 años de prisión, la misma petición que hacen las dos acusaciones particulares, en nombre del padre de la víctima y del progenitor de una hija menor que tenía esta.



El acusado ha enmarcado lo ocurrido dentro la "relación tóxica" por la diferencia de edad que tenía con Ana María, de 38 años y que había conocido por internet, a la que -según su versión- no le gustaba que él fuera legionario, quería que cambiase de trabajo y le "controlaba" sus amistades.

Tras haber puesto fin a su relación de año y medio en una ruptura que el enjuiciado ha calificado como "mutua", supuestamente ella -maestra de profesión- comenzó a llamarlo de forma compulsiva, le mandaba capturas de su propio teléfono para intentar provocarle celos haciéndole ver que ya tenía aplicaciones de citas y luego lo bloqueaba.

El día de los hechos, el pasado 8 de febrero de 2020, cuando el acusado estaba en su vivienda familiar de Guadix (Granada) se trasladó hasta el domicilio de su expareja, ubicado en el barrio del Zaidín de la capital granadina, tras haber comunicado antes a través de un estado de WhatsApp que iba a suicidarse.

En la vivienda de Ana María, que ya en una visita el día anterior no había accedido a abrirle la puerta, ella intentó tranquilizarlo, estuvieron hablando y él le admitió haberla engañado a lo largo de la relación, lo que motivó que esta le lanzará su teléfono de forma impulsiva.

En ese momento, él hizo exactamente lo mismo con el terminal de ella y ambos comenzaron una discusión, agravada por las sospechas que la víctima tendría de que el joven estaba conociendo a otra chica.

Según la versión expuesta por el acusado, en el transcurso de dicha discusión ella cogió un cuchillo de la cocina para intentar apuñalarlo.

En el transcurso de ese forcejeo, él consiguió arrebatarle el cuchillo, momento en que ella gritó socorro y, en un supuesto acto de defensa y dado que se encontraba "obcecado y lleno de ira", le metió una cuchillada en el cuello: "De la cual me arrepiento porque le quité la vida a esa mujer", ha añadido.

"Como legionario que era, mi mejor defensa era luchar, no salir huyendo. No soy un cobarde", ha sentenciado A. M. M., quien ha admitido que, evidentemente, podría haber "manejado mejor" tal situación pero que actuó con "instituto de supervivencia" ante el supuesto intento de ella de matarlo.

"En ese momento me encontraba en un estado de nervios, me superó la situación, mi intención no hubiese sido quitarle la vida", ha insistido el acusado, quien ha añadido que todo pasó "en milésimas de segundo" y que simplemente lo hizo "sin pensar en las consecuencias, ni en el daño".

Antes de esta declaración su defensa, ejercida por un abogado de oficio que considera los hechos constitutivos de un delito de homicidio con la atenuante de confesión -por el que le solicita 10 años de cárcel-, ha pedido a los miembros del jurado intenten "hacer un juicio justo y parcial" y que hagan una valoración de lo ocurrido "dejando fuera de la sala sus sentimientos".

En esta causa también ejercen las acusaciones populares la Junta de Andalucía, quien ha sostenido que A. M. M. asesinó a Ana María por el hecho de ser mujer y no aceptar su decisión de poner fin a su relación de pareja; y el Ayuntamiento de Íllora (Granada), de donde era natural la fallecida. 

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