El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha escrito un artículo para los medios extranjeros en el que argumenta que el independentismo catalán supone un "desafío a Europa y a los europeos". A lo largo del texto, defiende la calidad democrática de España y denuncia la unilateralidad, las "mentiras", y "la normalización de la violencia" de algunos líderes independentistas.
Sánchez comienza explicando que el proyecto secesionista catalán se ha construido "contra el marco constitucional y silenciando a la mayoría de catalanes contrarios a la independencia", por lo que es incompatible con los valores europeos.
"Es también un desafío a Europa y a los europeos. Preservar esos valores en Cataluña hoy es proteger la Europa abierta y democrática que defendemos", ha asegurado Sánchez. "La Europa que admiramos se ha forjado frente a los nacionalismos excluyentes y los extremismos que superponen identidades al principio de igualdad de todos los ciudadanos", añade el presidente en su artículo.
Continúa defendiendo la Constitución "plenamente democrática" de 1978, apoyada por el 90,5% en Cataluña, y los avances sociales y democráticos logrados por el sistema español en las últimas décadas, lo que le ha situado entre las primeras del mundo.
Al tiempo, Sánchez recuerda la escalada independentista de 2017 y explica que en Cataluña se "incumplieron todos los requerimientos y resoluciones del Tribunal Constitucional", los independentistas "aprobaron leyes de desconexión del Estado español declaradas inconstitucionales, convocaron ilegalmente un referéndum sin ninguna garantía democrática y proclamaron una supuesta república catalana".
"Ningún Estado contempla la vía unilateral de la secesión de uno de sus territorios en su ordenamiento constitucional. Y ningún demócrata puede entender que los líderes del separatismo emprendieran ese camino y menos aún contando con un apoyo inferior al 48% de los votos emitidos en las elecciones autonómicas", ha añadido el presidente, quien avisa de que en este tiempo se "exacerbaron los sentimientos, se hicieron circular noticias falsas y se alentó un espíritu de confrontación con el resto de España".
DENUNCIA LA NORMALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA
Asimismo, hace pedagogía sobre la sentencia del Tribunal Supremo y sobre cómo se ha producido el juicio a los dirigentes del procés. "Nuestro sistema judicial permite que las decisiones de los tribunales puedan ser revisadas ante instancias nacionales e internacionales", señala. "Por ello, no se puede cuestionar el funcionamiento de un Poder Judicial independiente en España, cuyo ordenamiento jurídico descansa en el principio de separación de poderes", ha asegurado.
Por último, denuncia las respuestas violentas a la sentencia, asegurando que ha sido normalizada por algunos dirigentes independentistas. "Han manifestado públicamente que la violencia puede ser necesaria para que su causa adquiera una mayor visibilidad. Se trata, en definitiva, de la normalización de la violencia como recurso político", señala, en referencia a las declaraciones de la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie.
"Si algo hemos aprendido con dolorosas lecciones en la historia de Europa es que ninguna pretensión política jamás puede legitimar el uso de violencia", afea.
TIENDE LA MANO AL DIÁLOGO
No obstante, ante la deriva en Cataluña, Sánchez recalca que hay espacio para el diálogo si el independentismo abandona la unilateralidad y regresa al marco constitucional.
"Existen ámbitos de diálogo a explorar si los líderes separatistas abandonan definitivamente la vía unilateral. Podemos hablar y escucharnos, sin amenazas y sin descalificaciones. Sé que hay heridas abiertas, que hay dolor, que hay frustración", argumenta el presidente.
"A pesar de ello, hay una oportunidad para la esperanza y para el diálogo, reconociendo lo que hemos hecho juntos y pensando en todo lo que juntos podemos hacer para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos", ha subrayado en su publicación.
Eso sí, Sánchez recalca que "para eso", "el separatismo catalán debe volver a la Constitución y respetar la ley". En este sentido, concluye que su gobierno tiene objetivos que trascienden una visión nacionalista, por ello "necesita a Cataluña y a la sociedad catalana en este empeño".