Al menos siete policías afganos y once supuestos talibanes han muerto en dos enfrentamientos librados en la provincia norteña de Kunduz, informó ayer a Efe una fuente oficial.
Al menos siete policías afganos y once supuestos talibanes han muerto en dos enfrentamientos librados en la provincia norteña de Kunduz, informó ayer a Efe una fuente oficial.
El gobernador de Kunduz, Mohamed Omar, explicó que un grupo de insurgentes atacó anoche un puesto policial en el distrito de Emamsahib y acabó con la vida de siete policías.
También antenaoche, en la zona de Gul Tapa, a las afueras de la capital de Kunduz, fuerzas afganas y estadounidenses de elite golpearon un refugio insurgente y mataron a 11 talibanes, de acuerdo con el gobernador.
En un comunicado, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN, confirmó esta última operación, aunque no ofreció un número concreto de víctimas en el bando talibán.
Los soldados de EEUU destruyeron además una mina antipersonal, material para la fabricación de explosivos, lanzagranadas, cuatro lanzamisiles y una ametralladora en poder de los insurgentes.
El pasado día 4 tuvo lugar en la provincia de Kunduz un controvertido ataque aéreo de la ISAF contra dos camiones cisterna robados por los talibanes, que acabó con la vida de decenas personas.
Tanto la OTAN como el Gobierno afgano están investigando el bombardeo para averiguar si se registraron víctimas civiles, algo que han asegurado testigos y algunos oficiales afganos.
A las críticas en Afganistán por el bombardeo se han unido las suscitadas por la operación de la ISAF para rescatar a un periodista británico del New York Times secuestrado por los talibanes en el lugar de este ataque.