La Casa Blanca aseguró ayer que está dispuesta a escuchar las ideas que España quiera presentar en la cumbre financiera convocada para el 14 y 15 de noviembre en Washington, aunque este país no estará representado a título individual.
Según declaró el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, a una pregunta de Efe, “no hubo una decisión de excluir a España” de la reunión, sino que en el proceso de consultas para la celebración se decidió que el mejor formato era el G-20, formado por las principales economías desarrolladas y en desarrollo.
“Lo que los líderes determinaron en el proceso de consultas es que el G20 ya había desarrollado una amplia labor en este área (de la crisis financiera) y era el mejor modo de determinar los participantes” en la cumbre, dijo Fratto.
Al menos otra docena de países hubieran merecido estar en esta reunión, indicó el portavoz, pero si se admite a más países “puede ser un grupo demasiado grande y entonces no se puede llegar a un consenso sobre cómo avanzar, por lo que la decisión fue ceñirnos al formato del G20”.
El llamado G20 es el grupo del que forman parte la Unión Europea, los miembros del G7 –los países más desarrollados del mundo– más Rusia, China e India, además de otras naciones en desarrollo, entre ellas Argentina, México y Brasil. España no pertenece al Grupo.
Sin embargo, Fratto matizó que “hemos insistido en que estamos dispuestos a escuchar a todos y les animamos a presentar las ideas o preocupaciones que quieran presentar”.
“Si España quiere presentar esas ideas por medio de alguno de los líderes individuales que acudirán a la cumbre, o a través de su representación en la Comisión Europea, desde luego serán bienvenidas”, agregó el portavoz.
España había expresado su interés en participar en esta reunión y el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país es el presidente de turno de la Unión Europea, se ha mostrado de acuerdo en la conveniencia de la presencia española.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha asegurado también que “estaría encantado” de que España participase “sin ninguna reserva” porque es “lo natural”, pero ha reconocido que la decisión final es de Estados Unidos como país organizador.
La reunión, según anunció ayer la Casa Blanca, tendrá lugar entre el 14 y el 15 de noviembre en un lugar aún por determinar en el área de Washington.
El encuentro de jefes de Estado y primeros ministros comenzará con una cena el 14 y se prolongará con sesiones de trabajo a lo largo del día siguiente.
La cumbre será la primera de una serie de reuniones en las que los líderes analizarán cómo afrontar la actual crisis, que amenaza con crear una fuerte desaceleración mundial, y especialmente, cómo evitar otras en el futuro.