Según la familia del desaparecido, se trata de un hombre que padece una enfermedad mental y que podría encontrase desorientado ya que desde hace siete años sufre "un poco de esquizofrenia, depresión y en ocasiones pérdidas de la noción de la realidad y despistes".
En declaraciones a Europa Press Televisión, la mujer del hombre desaparecido, Josefa Díaz, ha explicado que el pasado 13 de enero ella y su marido se trasladaron a Sevilla para resolver "varios asuntos" y que al finalizar decidieron dar un paseo por el centro de la capital.
A continuación, Josefa decidió entrar en una tienda mientras su esposo se quedaba en la puerta fumando un cigarro, "sólo unos segundos después salí y mi marido ya no estaba", ha relatado angustiada la mujer de Antonio.
Tras buscarlo desesperadamente durante "un buen tiempo", Josefa decidió irse a su casa para "ver si pudiera estar allí, pero no estaba". Pasadas un par de horas y viendo que su marido no aparecía, Josefa y su hija acudieron a una comisaría de policía de la capital hispalense para denunciar su desaparición.
Desde entonces, la familia de Antonio se encuentra "angustiada" y con la "incertidumbre" de no saber qué le ha podido pasar o dónde se encuentra. "Yo apenas duermo y mis hijos lo están pasando muy mal", ha explicado Josefa.
"SIN ESPERANZAS"
Pasados cinco días de intensas búsquedas por parte de la Policía Nacional de Sevilla y tras pegar numerosos carteles por todas las calles del centro de la ciudad, Josefa ha asegurado que, aunque la esperanza es lo último que se pierde, "yo ya la tengo perdida".
"Hace un mes mi marido se tiró al río Guadalquivir y aunque se salvó, él siempre ha tenido la idea en la cabeza de volverlo hacer. Yo creo que se ha vuelto a tirar al río, no pienso en otra cosa", ha contado Josefa.
Tras varias llamadas de ciudadanos alertando de que han visto a Antonio por varias zonas de Sevilla, todas han resultado fallidas. Para su mujer, esto supone "aumentar más el dolor porque al principio te llaman, te dicen que lo han visto, te ilusionas y después nada, no es él", ha dicho apenada.
En el momento de la desaparición, Antonio llevaba un chaleco oscuro, un pantalón vaquero, zapatos negros y un abrigo azul marino. Además, mide 1,70 metros, pesa unos 70 kilos y tiene el pelo canoso.