En su informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, publicado ayer, la CIDH afirma que la intolerancia política, la falta de independencia de los poderes del Estado, las restricciones a la libertad de expresión y a la protesta pacífica, la hostilidad hacia los disidentes, la violencia y la impunidad “limitan seriamente la vigencia” de los derechos en ese país.
“En Venezuela se ha atentado contra uno de los pilares básicos de los sistemas democráticos, como es el respeto de los derechos fundamentales de los individuos bajo los principios de igualdad y no discriminación”, recalca la Comisión en el esperado documento que tiene 322 páginas.
En el informe Democracia y Derechos Humanos en Venezuela, el primero que la CIDH elabora enteramente sobre este país desde 2003, con excepción del que incluye cada año en el Capítulo IV de su informe anual, el organismo dice además que Caracas ha adoptado una actitud de “rechazo” hacia las recomendaciones de organizaciones internacionales alegando que contravienen la soberanía nacional.
La CIDH, que ha tenido que elaborar el análisis sin haber podido visitar Venezuela, ante la negativa del Gobierno a autorizarla, considera que el Estado debe intensificar sus esfuerzos para proteger mejor y de manera más efectiva los derechos humanos.
El informe podría servir a la OEA para plantearse por primera vez iniciar un debate serio en torno a sus denuncias y estudiar qué consecuencias tienen en virtud de lo estipulado en la Carta Democrática Interamericana.