Habrá un antes y un después en la limpieza de El Puerto”. Eso, puesto en boca del alcalde, David de la Encina, suena a un reto cuanto menos atrevido por cómo pueda desarrollarse el convenio recientemente firmado con la empresa FCC para los próximos cuatro años. Pero nadie mejor que él, en ese postulado, para garantizar que la limpieza de la ciudad va a ser mejor, mucho mejor, de lo que está actualmente.
Lógico a tenor de cómo se ha ido formando la defensa de este contrato de 34 milollones de euros en su presentación ante la opinión pública y las bondades que este nuevo convenio va a ofrecer.
Arrojo también el que ha tenido al asegurar que el futuro servirá para disfrutar de un servicio que en la actualidad deja más sombras que luces y con un coste para las arcas públicas, las municipales, que supone el contrato más jugoso y más costoso a la vez con el que El Puerto se va a encontrar. Por ello, a la mínima que ese compromiso no se ajuste a lo esperado, se lo van a recordar.
Precisamente hoy, en estas mismas páginas, no la propia oposición que no bendijo ni a la tercera el contrato, sino los distintos colectivos son los que no se creen esta “panacea” del contrato firmado. Si De la Encina es capaz de garantizar que habrá un antes y un después en la limpieza y al final se cumple, será la primera vez que realice una promesa y que sea cumplida. Nunca es tarde.