La estabilidad en política se basa en la confianza que ésta desprende para mantener firmemente la certidumbre en continuar por intentar cumplir un programa electoral a pesar de los pesares. El actual equipo de Gobierno de El Puerto (PSOE-IU) debe volver a revalidar su compromiso unitario para salvaguardar un asunto que tanto les unió en la oposición y que tantos quebraderos de cabeza les está llevando ahora en el Gobierno.
Los aparcamientos, en toda su extensión, han sido y seguirá siendo el talón de Aquiles, por más que haya sido un asunto que les haya unido en el pasado. La aprobación en la licencia de construcción del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces, previsto en su comienzo para el venidero mes de octubre, se llevó por delante al entonces socio y firme opositor de los proyectos de los parkings, Levantemos El Puerto.
La disyuntiva, por más que haya pasado el tiempo y por más que el inicio de las obras, lejos de aplacar los ánimos, vuelve a probar la salud y fortaleza de un Gobierno que comienza a mostrar más embotamiento ante las complicaciones que vienen encontrando para gestionar y sacar adelante las propuestas y promesas realizadas en su día.
Con estos marcándoles los pasos y fiscalizando cada actuación, el bipartito se vuelve a topar con nuevos frentes que parecen no controlar y que desgastan, erosionan y prueban la cohesión real de las dos únicas fuerzas políticas que todavía están al frente del Ayuntamiento en minoría.
Decisión “incomprensible”
El enjuiciamiento popular ante la escasa confianza que éste ofrece cada vez más de entre los diferentes colectivos locales, sumado al cansancio acumulado en esta intensa legislatura, encuentran una nueva reválida que aprobar.
El anuncio del cierre del aparcamiento de la pasarela, previsto entonces para el 1 de octubre, Antonio Fernández (IU), concejal de Urbanismo, primer teniente alcalde y socio de Gobierno del PSOE, entendía a primera hora que “es incomprensible que el desarrollo de la ciudad en torno al río siga dependiendo de la voluntad de Autoridad Portuaria, que continúa haciendo negocio con suelo público”, apuntaba el líder de IU.
Reconocía que “el equipo de Gobierno ya está llevando a cabo gestiones para impedir el cierre de este aparcamiento”, dado que “desde IU consideramos que la solución de todos estos problemas pasa porque Autoridad Portuaria devuelva a la ciudad los terrenos de las dos márgenes del río para que podamos desarrollar nuestro casco histórico y vivir de cara al Guadalete”, afirmaba antes de que el PSOE se viera en la tesitura de tener que actuar.
Una crítica que no debe ni haber sido casual ni realizada ni muchísimo menos a la ligera. Ni que decir tiene que con este alegato público de intenciones chocan frontalmente con la actuación y con las políticas que viene desarrollando Autoridad Portuaria para con la ciudad.
Como tampoco hay que olvidar que ésta la regenta el socialista José Luis Blanco, el mismo partido con el que en la actualidad gobierna conjuntamente en la ciudad Antonio Fernández. Unas diferencias que no dejan de sorprender y de reabrir los cada vez más remarcados criterios opuestos de unos y otros. La salud del actual equipo de Gobierno vuelve a ponerse a pruebas.
Unos roces aireados públicamente que refuerzan las opiniones de las frías relaciones que ambos mandatarios mantienen de puertas hacia dentro y que con este nuevo contratiempo y nuevamente con los aparcamientos de por medio, alertan de una estabilidad tan necesaria como ausente para afrontar unos polémicos proyectos.
El PSOE, obligado a mover ficha
El equipo de Gobierno, callado en los últimos días al respecto, informa que “gracias a las gestiones realizadas con la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz se garantiza mantener activo el aparcamiento de Pasarela, así como los cinco puestos de trabajo que dicho aparcamiento genera. Con estas gestiones se garantizan pues el servicio a los 120 abonados de esta bolsa de aparcamiento, así como las plazas ofertadas a precio reducido para el resto de usuarios y la posibilidad de que pueda ser usado por las personas residentes en el centro que de alguna forma se vean afectadas por las obras que se están acometiendo en el casco histórico”. Éste “manifiesta su voluntad de seguir trabajando, en estrecha colaboración con la APBC, de cara a gestionar acuerdos con vocación de mejorar las instalaciones garantizándose la continuidad del espacio destinado a estacionamientos”, apunta.