Con aires de nostálgia, la Semana Clásica de Puerto Sherry, como con una corriente venida para insuflar impulsos renovados, trasladó por un instante épocas pretéritas, cuando El Puerto y su Bahía eran el epicentro nacional e internacional de la vela. Periodos pasados que encontraron días de glorias y que fueron quedando en la memoria colectiva de forma degredada y añorada.
Otros tiempos y otros momentos, que ocultaron un pasado memorable. Cuando las regatas acercaban a lo más granado del panorama regatístico y cuando la bonanza económica ayudaba como lanzadera y altavoz a un campo de regatas, el tercero del mundo, y servía para impulsar económicamente a la zona turística gaditana.
Las distintas disciplinas deportivas náuticas, han abrazado momentos álgidos y de esplendor, y que con la apuesta de esta cita clasicista y multidisciplinar, intenta reverdecer con más fuerzas si cabe. El clima, la coyuntura actual y las apuestas públicas y privadas no debieran obviar una realidad: unas instalaciones y unas infraestructuras que las acreditan como una de las más preparadas a nivel mundial. De hecho, el Centro de Alto Rendimiento y sede de la Federación Andaluza de Vela, recibió la credencial de la Federación Internacional de Vela (ISAF) para el desarrollo del Programa Nacional de Formación náutica español.
Una infraestructura que costó 5 millones de euros y que sirvió para acoger el Campeonato del Mundo de la clase RS:X de windsurf, el pasado mes de marzo. Donde, Blanca Manchón, campeona de la Copa del Mundo y doble oro en Mundiales, le sirve como lugar idóneo para entrenar. En definitiva, reinventarse para tomar el impulso definitivo y reemprender el camino correcto. La Semana Clásica brilló y encontró la esperanza de voltear a reencontrarse con el pasado sepia, ésa que perfeccionaron la versión náutica.