El cuarteto sevillano parece en escena con una buena idea no del todo bien aprovechada.
Perrichi sale del ‘boquete’ convertido en Franco, acompañado de albañiles que representan a los cuatro partidos. Olvidan a izquierda Unida. Se nota la procedencia de este carnavalero a la hora de desenvolverse en el escenario. Gritos, carreras y algún que otro chiste en el repertorio. Algún que otro... Aunque la idea a simple vista parece buena podría haberse desarrollado mucho mejor. Sin embargo parece cuajar entre el público del coliseo, que ríe y aplaude cada golpe. El repertorio va mejorando un poco al final. Pero tampoco es para tirar cohetes.